A MI MANERA*

A MI MANERA*

Por Octavio Quintero

-

Los medios de comunicación, y sus empresas encuestadoras, han empezado a registrar “con emoción ciclística” el ascenso de imagen del presidente Santos en su camino a la reelección: último dato, ¡36%!

Los medios no apoyan a Santos “por vendidos ni por conspiradores" (como cuando Santos con Samper), sino por puro miedo, de ese que causaba hace 30 años un comercial del Banco Cafetero que advertía: “la droga destruye tu cerebro” no obstante lo cual, la droga nos sigue destruyendo.

También se puede estar presentando esa piadosa paradoja que domina el imaginario colectivo del país que se derrama en indignación contra el delincuente gritando “¡Cójanlo, cójanlo!” y apenas lo cogen empiezan a gritar de nuevo “¡Suéltenlo, suéltenlo!”.

Santos, en esta nueva “campaña tramposa”, viene a ser expresión viva de otro síndrome nacional que reza: “es mejor malo conocido que bueno por conocer”.

Por eso, la nueva polarización política no parece darse entre lo mismo de malo o quizás menos malo de lo mismo, como en la pasada campaña Santos/Mockus, sino entre lo mismo de malo  o más malo de lo mismo: Santos/Uribe o viceversa, que por comparación es lo mismo: eso nos está llenando de emoción patriótica.

En otros términos, en Colombia, país de paradojas, se le tiene miedo a lo malo conocido, y pavor a lo bueno por conocer, como por ejemplo, al país en manos de una Clara López, Navarro o Peñalosa, aunque en el caso de estos dos últimos, lo mejor sería que volvieran a sus cargos de gobernador en Nariño o alcalde en Bogotá, por aquello mismo de que es mejor “malo conocido que bueno por conocer”… ¡Vean a Petro!

Por todo lo anterior, es que don Blanco, un candidato tipo “Anonymus”  encarna ahora la indignación de toda Colombia gritando “¡cójanlos, cójanlos!”, pero ya los medios de comunicación, llenos de lúcidos profetas, andan detrás encarnando el reverendo temor que despierta este bueno por conocer.

Lo que se ve venir en la próxima campaña presidencial es una “elección adversa” que, sin ser economista, todos sabemos bien que es el principio por el cual, alguien sometido a una decisión, termina por elegir al “malo conocido que al bueno por conocer” drama de fondo en que se ocultan estos malos gobiernos que padecemos.

-

*Inspirada en la columna de Ricardo Silva Romero (El Tiempo, 15/11/13), fuente: Columnistas Libres. 

NOVENARIO POR LA REELECCIÓN

Primer misterio: “He venido sopesando mi decisión. Ya prácticamente la tengo tomada. Amados electores: aquí estoy para inmolarme con ustedes y ser agradable a nuestro señor”…

Todos: “UCD”...