¿DE QUIÉN ES LA SELECCIÓN COLOMBIA? (II)

¿DE QUIÉN ES LA SELECCIÓN COLOMBIA? (II)

Editorial El Satélite/Octavio Quintero

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Ya supusimos que Adidas debió haberle ordenado a la Policía Nacional que persiguiera a todos los vendedores ambulantes en los alrededores de los estadios, y hasta sus propias casas, en busca de camisetas de la Selección Colombia “made in” Colombia.
 
Ya dijimos que eso es ilegal si y solo si se configura, no el delito de venta ambulante, que en Colombia eso no es delito, sino si la camiseta entró de contrabando o está confeccionada por una empresa pirata, que de eso abunda en Colombia, pero bueno…
 
Nadie respondió, y nadie va a responder, con qué derecho una empresa privada compra un símbolo nacional, como es la Selección Colombia, y le impone condiciones como si se tratara de un bien particular. El hecho de que Adidas haya comprado un espacio en la camiseta de la selección,  no creo que le dé derecho a imponerle condiciones como las que estamos denunciando. No creo que eso mismo esté pasando con otras selecciones en donde el logo de Adidas también se exhibe en sus camisetas.
 
Pero, aunque no pensaba tocar nuevamente el tema, la inquietud de Hernán Peláez, ahora al servicio de RCN-TV, durante el partido de las selecciones de Colombia y Perú, me hace volver…
 
Pregunta Hernán en un momento del partido a su colega Ricardo Henao, si él sabe por qué la Selección Colombia está jugando todos los partidos con uniforme blanco, y éste le responde: “Eso es un asunto que pasa por la calculadora”… Cree el comentarista que se trata de un asunto comercial en el que Adidas está muy interesada en que se venda más en el mercado de aficionados, la camiseta blanca que la tradicional tricolor amarilla, azul y roja. Es decir, para no ir más lejos, Adidas le ha impuesto a Colombia, a través de su selección de futbol, un cambio de bandera. Ese es un atropello que solo lo permite un país pusilánime, como el nuestro y sin soberanía nacional, como el nuestro, no solo en este caso de multitudes como el futbol sino en los muy sensibles hechos políticos y económicos.
 
En la Copa América Centenario, no hemos visto a la Selección Colombia, no solo porque está jugando muy mal, desastrosamente dirigida por Pékerman,  sino porque su tradicional uniforme tricolor: amarillo, azul y rojo, por cuestiones comerciales, no lo puede usar. Hemos observado a los demás países participantes y todos están vistiendo a sus selecciones con el color de sus banderas, salvo Colombia que, de paso, afectó a Perú que no pudo usar tampoco su tradicional uniforme blanco, cruzado por una raya roja, para no chocarse en tonos con la camiseta de Adidas, impuesta a Colombia.
 
El grueso detalle, que no parece interesar a nadie más que a mí, nos refleja en forma patética el inmenso poder de las multinacionales sobre estos países, cada vez más de Tercer Mundo, a los que imponen sus condiciones sin apelación… Así de simple.