VUELVE EL SECRETISMO A LA MESA DE LA HABANA

14.10.2014 04:21
El presidente Santos les ha ordenado absoluto silencio a los altos funcionarios del Estado sobre el desenvolvimiento entretelones que se sucede en las negociaciones de paz que se adelantan en la Habana.
Es comprensible que negociaciones tan urticarias se rodeen de lo que comúnmente se conoce como “secreto de Estado”. Pero una cosa es que por razones de Estado ciertas informaciones no deban conocerse así como un boletín meteorológico y otra es que dentro de ese secreto de Estado se manejen asuntos abiertamente inconstitucionales. Si el Presidente jura cumplir la Constitución y las leyes en todos los casos, no es en los que quiera, cuando quiera y como quiera.
Y no atina el presidente Santos cuando, al justificar el permiso que le dio a Timochenko para desplazarse a la Habana, dijo que lo hacía, así como sus negociadores tienen que venir a él en consultas permanentemente. Nadie le recordó al Presidente que sus negociadores no son prófugos de la justicia ni tienen boleta de captura. Por tanto, ellos pueden ir y venir a su albedrío de la Habana a Bogotá y de Bogotá a cualquier parte del mundo. Timochenko, no: ¿O sí?
El secreto de Estado no puede amparar al Presidente ni a nadie en particular para violar la constitución porque, qué tal que ahora el expresidente Uribe nos salga con algo así como… “Sí, yo ordené a María del Pilar chuzar, por razones de Estado, a los altos funcionarios públicos”, un evento absolutamente inconstitucional.
Despejar el Caguán fue un acto inconstitucional de violación de la soberanía nacional; azuzar a las autodefensas con información confidencial de militares contra la guerrilla, fue un acto de violación de la Constitución… Si este último intento de paz con las Farc y grupos afines, también lo seguimos rodeando de actos inconstitucionales, pues, resulta evidente que el resultado final será una criatura ilegítima falta de fuerza legal y moral para garantizarnos la paz.
-
El Satélite/Editoriales

 

—————

Volver