VIVIR PARA VER...

21.01.2015 00:09

 

Qué deshonrosa misión de “lambón” se ha echado a cuestas el senador Serpa

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Editorial El Satélite

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 “El Partido Liberal Colombiano es el Partido del pueblo, tiene carácter pluralista y constituye una coalición de matices de izquierda democrática, cuya misión consiste en trabajar por resolver los problemas estructurales económicos, sociales, culturales y políticos, nacionales y regionales, mediante la intervención del Estado”.
 
Esta visión del liberalismo colombiano está contenida, de entrada, en el punto 1 de los actuales estatutos aprobados por la II Constituyente Liberal del 11 de diciembre del 2011 en la que fue derrotado como aspirante a director único el entonces gobernador de Santander, Horacio Serpa, hoy senador y preclaro vocero de ese partido en el Congreso. 
 
¿Qué es coalición? El diccionario de la RAE dice que es “confederación, liga, unión”. ¿Y, qué es matiz? Tiene varias acepciones... “5. En lo inmaterial, grado o variedad que no altera la sustancia o esencia de algo”, como un partido político, por ejemplo.
 
Pues, todo esto lo arrojó anoche a la basura el senador Serpa en su entrevista con Yamid Amat al decir, afirmar y reiterar que el liberalismo no le dará aval a ningún candidato en las próximas elecciones locales, valga decir, candidato a alcalde o gobernador, diputado, concejal o junta administradora local que no haya votado la reelección de Santos y su proceso de paz.
 
O sea que todo liberal que no haya votado por Santos, que ni siquiera es liberal, infringió “la sustancia o esencia” del partido y, por ende, va a ser castigado con no darle aval. Qué lánguido final de este otrora paladín liberal de la democracia colombiana, echarse ahora a cuestas la deshonrosa misión de “lambón”.
 
“Disciplina para perros”, es lo que se le critica al expresidente Uribe en la conformación y guía de su Centro Democrático. ¿Y, esto del liberalismo qué? Que, al parecer, es una estrategia de los partidos que conforman la llamada Unidad Nacional, valga decir, aparte del liberalismo, la U, Cambio Radical y los “mermelados” del conservatismo.
 
¿Qué decir ahora de ese gran liberal que se autoproclama Serpa incurriendo en sagrados fundamentalismos: “El que no está conmigo está contra mí”?

 

Es en medio de esta intolerancia democrática que se prepara el terreno para sembrar y aclimatar la paz en Colombia; es en medio de este aleteo de halcones que se nos anuncia la paz. Si las elecciones locales de octubre se polarizan también entre guerra y paz,  vamos a tener motivos para seguir otros 60 años en guerra, buscando la paz. 
 

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