Vientos de guerra en Tocancipá

19.01.2013 08:51

 

 

El exgerente de Gobierno de Tocancipá, Carlos Rocha, pasaba por ser uno de los funcionarios más leales al alcalde, Carlos Julio Rozo. Por esto, su retiro del cargo, ofrece tantas conjeturas como las que se están zurciendo, muchas de las cuales tienen algo de cierto.

Sea lo primero advertir que Rocha sale de la administración, no por mal funcionario, pues, un balance a mano alzada que le hizo le hizo al alcalde en defensa de su gestión, le abona un cumplimiento de metas del 60 por ciento en el primer año, es decir, le quedaban tres (de haber continuado en el cargo), para alcanzar el 100 por ciento de lo previsto en el Plan de Desarrollo Municipal.

Tampoco sale por corrupto, pues, lamentablemente, los corruptos son los que más duran hoy en día en Colombia, en los cargos públicos.

Rocha sale porque, como piedra en el zapato, le estaba tallando a alguien que no es propiamente al alcalde Carlos Julio, quien, hasta último momento, aguantó la presión.

Y dentro de las conjeturas que parecen ciertas, es que nunca contó con simpatía en la casa política del exalcalde Nilton Cortés, quien, a través de su poderoso alfil en la administración (la Gerente Administrativa), le montó una animadversión interna que, finalmente, terminó por socavarlo.

La prueba reina de esta conjetura podría estar por los lados del sucesor de Rocha: si es una ficha de Nilton, póngale la firma…

La otra conjetura es que Rocha, ciertamente, llegó a la Gerencia de Gobierno de Tocancipá en medio de una lucha intestina casada en la pasada administración en la que él, como un subalterno de menor valía, enfrentó con éxito el ataque de una alta jerarquía comandada por la entonces gerente de Gobierno, Johanna Moreno.

Cuando llegó al cargo de Gerente, creyó haber ganado la guerra; pero no: era apenas una batalla porque, finalmente, la guerra la perdió en medio de la persecución que le montaron las escoltas de su antecesora que quedaron incrustadas en la administración municipal.

Aunque,  a lo mejor, también Rocha podría decir ahora que perdió una batalla, más no la guerra que, según parece, está decidido a continuar desde otras latitudes, pues, resulta evidente que está sentido y no piensa dejarse sacar por la puerta de atrás.

De momento, su frase al alcalde Carlos Julio, al momento de romperse todo vínculo con la administración es lapidaria: “Hasta aquí llega mi lealtad”.

 

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