
UNA SALIDA EN FALSO
19.04.2013 03:42
Puede que la gestión del Gerente de Gobierno de Tocancipá, Carlos Rocha, no haya sido la mejor. Pero, definitivamente, su salida no se debe a la consecuencia de una eventual mala gestión sino a la intriga de una rosca que cruza hace años la administración municipal, y que en la presente ha alcanzado dimensiones de gobernabilidad por encima del propio alcalde, Carlos Julio Rozo.
Rocha era un funcionario de carrera (abogado) al servicio del Municipio, que venía desde el alcalde Miguel Ángel Garzón (2003-2007), y que en la pasada administración alcanzó su máximo esplendor como Comisario de Familia No. 2.
Su gestión en ese cargo le llevó a duros enfrentamientos con su entonces jefa, Johanna Moreno, Gerente de Gobierno, quien no pudo sacarlo de juego, a pesar de lo mucho que quiso, acicateada por la creciente rosca que se iba apoderando de ese específico y sensible tema de familia en Tocancipá, en donde, se dice, se ha entronizado un matriarcado insondable e inabordable.
El matriarcado o rosca, como quiera llamársele, no es desconocido en el municipio. El tema lo sabe el Alcalde y lo ha discutido el Concejo; pasa, inclusive, por la Personería y actualmente tiene su cabeza principal en la poderosa Gerencia Administrativa que es la que, definitivamente, hace rodar la cabeza de Rocha.
Que un alcalde decida cambiar a X o Y funcionario, es asunto de manejo político y discrecionalidad administrativa, y por eso los altos funcionarios locales, departamentales o nacionales, son de libre nombramiento y remoción.
Pero que la política sea sustituida por la intriga subjetiva con ánimo de mantener bajo control en contubernio un área específica de la administración, y que fuera de eso, la misma destitución ofrezca irregularidades jurídicas, es lo que nos lleva ahora, a ocuparnos puntualmente del tema.
1). Rocha no solo era Gerente de Gobierno sino Comisario de Familia encargado. Lo destituyen de Gerente pero no de Comisario y, sin embargo, encargan de esa comisaría a la Comisaria No.1. Ahí se configuran varias irregularidades que pueden derivar en acusaciones disciplinarias contra el mismo Alcalde.
2). En este punto vuelve y juega la ausencia de gobernabilidad del alcalde Rozo. ¿Cómo es que somete al Municipio a un desgaste administrativo de más de tres meses; abusa de la credibilidad de un funcionario a quien, 15 días antes de declararlo insubsistente le ratifica su respaldo, y en la propia víspera le confía delicados trabajos? ¿A quién obedece el Alcalde? ¿A sus propias convicciones o a presiones de otra índole, y por qué?
3). Cuánto le está costando al Municipio este desgreño administrativo que no solo es por los lados de la Gerencia de Gobierno, sino también por las Comisarías de Familia, por la Empresa de Servicios públicos, por la Casa de la Cultura, por la Gerencia Administrativa, por la Gerencia Jurídica, por la Gerencia del Medio Ambiente, por Planeación, por el Concejo… Por donde quiera que se pase la mirada, hay sombras que obnubilan y dudas que matan.
Hacer caso omiso de estas oportunas advertencias de El Satélite es, simplemente, hacer lo del avestruz: meter la cabeza en la arena para no ver nada de lo que está ocurriendo alrededor, creyendo con eso dejar todo arreglado.
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