Un voto en blanco... otro más

Las elecciones de mañana en el Valle se han convertido en un pulso entre la descaecida clase política y la sociedad civil.

No solo en ese departamento sino en todo el país, la vieja política se ha descarado. Al otrora pujante Valle lo ha convertido en un pobre departamento inviable, y a la pobre Colombia la tiene encerrada en un modelo económico sin soberanía nacional y sin compasión social.

Por eso, a los retadores de la vieja política en el Valle, todos los que luchamos por un país más digno, posible y sustentable, solo les deseamos la mejor de las suertes.

En este campo de batalla electoral del Valle se juega mañana el ánimo colectivo de muchas otras batallas similares en el futuro inmediato en todo el país. Los electores tienen una carta bajo la manga: votar en blanco e inhabilitar, ojalá por siempre, al menos dos exponentes de lo más detestable de la política: el clientelismo y la corrupción.

Porque ese voto en blanco del Valle mañana, como el voto en blanco de ayer en Bello, Antioquia, nos ha empezado a decir a todos los colombianos que SÍ podemos cerrarle el paso a los corruptos desde el ejercicio democrático.

En realidad, en estos dos años de gracia del presidente Santos, la historia guarda a las futuras generaciones la génesis de un nuevo país que ha obligado al gobierno a echarse al bolsillo de atrás dos reformas infames: una en la Educación y otra de la Justicia.

Por tanto, ese punto del voto en blanco en el Valle, se nos ha convertido en nuevo reto, esta vez desde el escenario electoral. Y junto a los vallunos que mañana saldrán vestidos de blanco a defender sus principios, su casta y su futuro, marchamos todos.

Como en la famosa despedida a los tripulantes del Viaje a las estrellas, también desde este medio les decimos a todos los electores…

Que la suerte y el instinto les acompañen.