UN RARO PROCESO DE PAZ

01.06.2017 03:19

RED-GES

(Director: Octavio Quintero)

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Y dele con la polarización nacional: “si no se elige a Diana Fajardo como magistrada, Farc se levantan de la mesa”, dice el prominente senador Benedetti, sin medir las consecuencias de su chantaje político…
 
Y, para bajar la temperatura, otro le responde: “lo importante es que se elija a un magistrado amigo de la paz”  (¿?), también sin medir las consecuencias de su “salomónica” opinión.
 
Como en torno a estas dos posiciones se ha centrado el debate, ya no importa a quién elija hoy (01/06/17) el Senado, ya el territorio está marcado: a este lado los amigos de la paz; a este otro los amigos de la guerra, porque como dijo el propio presidente Santos, “no hay que creer en brujas, pero que las hay las hay”.
 
Al concluir la votación, los colombianos deducirán, con razón o sin ella, que si, por ejemplo, se eligió a Diana Fajardo, la Corte Constitucional contará con un magistrado “amigo de la paz”, y si no, con otro magistrado “amigo de la guerra”.
 
¿Y qué quiere decir esto? Simple, como dice Sherlock Holmes a Watson: que nuestra magna Corte Constitucional ya no se compone de eminentes juristas encargados de velar y defender la Carta Política, sino de magistrados politizados, unos amigos de la paz y otros amigos de la guerra. En el lenguaje figurado, el que se le está inoculando a la opinión pública, amigos de Santos o amigos de Uribe: así de sencillo.
 
Si hasta Santos, las Farc nos impusieron por conveniencia figurada a los presidentes, unos elegidos porque prometían traerlas de nuevo al seno de la sociedad y otros para para exterminarlas a sangre y fuego, hoy, los colombianos ya no aparecemos unidos todos en torno al objetivo de acabar con las Farc, por las buenas o por las malas, sino divididos entre los amigos de la paz y los amigos de la guerra.
 
Ya nos estrenaron la estrategia electorera de la guerra y la paz en el 2014, y ganó Santos. Nos quiso repetir la dosis en el plebiscito, y perdió. Nos están poniendo la misma carnada para el 2018…
 
Y de aquello, nada. De eso que en las encuestas se marca como la principal preocupación de los colombianos: empleo, salud, educación, corrupción, los candidatos no tendrán que preocuparse. Lo importante es que el elegido sea amigo de la paz… Y quien vote en contra de esa tendencia, que marcarán los medios, será, por deducción lógica, amigo de la guerra.
 
That’s the question”, para cerrar con Sherlock  Holmes
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Fin de folio.- Mientras se mantenga e incentive por conveniencia electoral esta dualidad, paz-guerra, siempre estaremos en guerra, cada vez más lejos de la paz.

 

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