TODO VALE, PERO SE REQUIERE MÁS

07.06.2013 06:38

Quizás sí se celebraron algunos esporádicos eventos en los municipios de Sabana Centro, en conmemoración al Día mundial del Medio Ambiente”, y en ese sentido pareciera exagerada la nota editorial de El Satélite para ese día en la que se decía “Ni fu, ni fa ni mu”.

No vamos a insistir en la baja exposición oficial de los mandatario locales en este tema; y aún de la misma CAR que, como decíamos en la nota respectiva “debió haber echado la casa por la ventana”.

Posterior a la nota editorial, se supo también que la administración departamental, ha decretado para el 19 de este mes de junio un “apagón ecológico”,  también muy significativo como evento sicológico pero intrascendental, por lo que no genera cultura.

Si de escoger se tratara, nos quedaríamos con el evento realizado en Pionono por los niños y niñas de las escuelas Comuneros, de Sopó y, Roble Centro, de Gachancipá, a instancias de la Subsecretaría de Desarrollo Agrario de Sopó.

Que se haga pedagogía con los niños, es lo correcto como prospectiva hacia una futura aculturación ambiental que no sustituye, por supuesto, las medidas correctivas que deben emprenderse –aquí y ahora- para sofrenar la carrera al abismo de un mundo invivible a mediano plazo.

Se sabe –sabemos- que en estos municipios de Sopó, Tocancipá y Gachancipá, por citar los más cercanos a nuestros efectos, hay mucho violador a cielo abierto del medio ambiente.

En conmemoración del Día Mundial, bien pudieron las administraciones locales reunir a los empresarios y motivarlos a trazarse una agenda ecológica diaria que les obligara (por las buenas) a corregir explotaciones indebidas de canteras; invasión de humedales; implementación de reciclajes; instalación y afinación de plantas de tratamiento de aguas residuales; lo mismo en la expulsión de emisiones aéreas y tantos otras disposiciones fundamentales que tanto bien nos harían a todos, incluyendo a los mismos empresarios, ya que una condición sine qua non de todo desarrollo económico con responsabilidad social, es que sea sostenible y sustentable.

En este sentido, es de aplaudir lo de los niños de Sopó y Gachancipá, en Pionono, pero sigue siendo lamentables que los alcaldes le den más importancia a una parranda hasta el amanecer que a la preservación del  medio ambiente, así fuera tan solo por una vez al año.

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