SIMPLEMENTE ODIOSOS

Unos policías de tránsito llegaron el jueves 19 en la noche al Autódromo de Tocancipá y levantaron unas motos que estaban aparcadas a las afueras  del escenario deportivo.

No estorbaban a nadie… Simplemente los jóvenes dueños de los vehículos se habían abstenido, quizás por ahorro o por falta de plata, de meterlas al parqueadero del Autódromo al costo de 12.000 pesos.

No hubo “Dios posible” para que los policías les tuvieran compasión. Impertérritos se mantuvieron en la tesis de que estaban “parqueados en sitio público”. Les hicieron correr a los dueños costos por grúa, comparendo y parqueadero en un operativo que terminó como a las dos de la mañana al amanecer del viernes…

¡Por Dios! ¿Sitio público los alrededores del Autódromo a las 11 de la noche?

“La policía se está haciendo coger rabia”, es el comentario que crece en el país, acelerado por los excesos de fuerza y abuso de autoridad que se registran en los medios en distintas partes, como en el caso de Bogotá o el de Tocancipá, coincidencialmente el mismo día y a la misma hora (al amanecer del domingo 15 de septiembre).

Que en Bogotá lamentablemente haya habido muertos y en Tocancipá no, cosas de Dios. Pero la operación policial fue la misma: la irrupción de un piquete de agentes a una rumba, de una y sin más,  como si se tratara de una guarida de forajidos.

En las últimas horas se comentaba en algunos círculos de Tocancipá que el alcalde dice que llevará la investigación de los hechos hasta las últimas consecuencias… Ojalá: vamos a ver.

Y ojalá que también la Policía de Carreteras investigue un poco sobre el procedimiento de sus agentes a las afueras del Autódromo porque, si es por parquear en espacio público, entonces, que arrastren también con todos los vehículos que se estacionan a lado y lado de la vía en los restaurantes, bares y cantinas; talleres y depósitos de toda índole que se extienden en las mismas vecindades del escenario deportivo no solo de noche sino a toda hora.