Sara Alieth Vanegas

07.06.2012 05:24

(Profesora Tocancipá)

Vientos de desarraigo en la escuela

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Como dice nuestro editor, Don Octavio, si Tocancipá admite la llegada del sector industrial, cuyas prioridades no son el entorno social y ambiental, la Administración debe ser consciente que hay que hacer una revisión de los procesos que se están dando en forma inmediata y a mediano plazo.  Un caso es el servicio educativo, que dejó de ser un derecho hace tiempo.

Entre muchos aspectos que aquejan la educación pública, tenemos la falta de acompañamiento de la administración local al deteriorado tejido familiar… Más concretamente, llamo la atención sobre el pobre papel que realizan las Comisarías de Familia, cuya labor debe ser, ante todo, preventiva.

Estos despachos deben salir de las oficinas burocráticas e intervenir directamente en las situaciones dolorosas que están flagelando el sentido de vida de nuestros niños, y que afectan los procesos de interacción escolar, e incluso, nuestra capacidad de respuesta, pues, no todos los maestros pasamos por el tamiz de la formación profesional pedagógica.

Nos encontramos solos frente a tantas experiencias traumáticas que inundan el salón de clase: niños maltratados,  alcoholizados, abandonados por algunos de sus parientes, sin la formación moral mínima para convivir con sus compañeros y profesores; jóvenes judicializados provenientes de hogares en descomposición, hacinamiento en sus hogares. Sumado a esto, una situación de desarraigo cultural y de indolencia frente a los problemas locales,  políticas educativas absurdas como la inclusión de niños con diferentes grados de desarrollo intelectual en el mismo salón y sin ayuda profesional; ausencia del nivel preescolar, tan importante en el desarrollo integral, etc. Esto no permite brindar una educación con los mínimos de calidad para todos los niños a pesar de los esfuerzos ingentes que realizan las directivas y docentes de las Instituciones Educativas.

Sugiero humildemente que las comisarías de familia entren a jugar un papel vigoroso en el seguimiento a las problemáticas desde la escuela,  a la par con los maestros. De lo contrario, se avecinan tiempos de incertidumbre para una población que día a día sucumbe al carcoma del mal llamado progreso. 

 

 

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