SANTOS PIDE CENSURA

¿Dónde está el periodismo independiente? ¿Dónde los gremios?

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GES (Grupo Editorial El Satélite)

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Director: Octavio Quintero

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Referencia: Censura de prensa

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No hay periodismo más plegado al gobierno de turno que el colombiano. Tanto, que las cohortes informativas de los mandatarios (Presidente, gobernadores y alcaldes), les acompañan a todas partes y, en buena parte, con gastos de transporte, alojamiento y alimentación incluidos. Y si fuera de eso, a todo nivel: nacional, departamental y municipal, se despliegan miles de medios oficiales, la conclusión es que la información en Colombia está fuertemente influenciada por el gobierno a plenitud.

Eso, por un lado. Por otro, los más grandes e influyentes medios de comunicación son, hoy en día, empresas enrocadas en grupos económicos que, a su vez, son dominantes en la esfera gubernamental, pues, no hay Presidente, gobernador o alcalde que no deba su elección a los aportes privados; aportes que no se hacen como contribución a la democracia sino con el propósito ulterior de “cobrar por ventanilla” los favores recibidos…

Y ahí no para la cosa: todos los medios de comunicación privados: grandes, medianos y pequeños, son empresas con ánimo de lucro cuya principal fuente de ingresos es la publicidad… Entonces, no se requiere mucho esfuerzo mental para convenir en que todo medio de comunicación (con perdón de las probables excepciones), está condicionado formalmente a la autocensura, con el fin de no “patear la lonchera”, como popularmente se dice.

Aparte de la “gran prensa”, que llaman, pululan a lo largo y ancho del país periodistas con sus propios medios locales, tanto en radio, prensa y TV que viven de la publicidad oficial porque, cualquiera que tenga una vaga noción del municipio colombiano sabe que el alcalde de turno es el motor de ese municipio en lo económico, político, social y hasta religioso, es decir, por fuera de su radio de acción, no hay salvación.

Es un acto heroico sostener un medio de comunicación independiente, sobre todo a nivel local. Tanto los alcaldes como los empresarios que disponen de pautas, se consideran dueños de esos medios y abiertamente les imponen sus condiciones bajo el imperativo de “lo toma o lo deja”, en donde “lo deja” significa la muerte del medio de comunicación.

Esa es la lucha silenciosa que libran miles de periodistas diariamente en Colombia; una lucha por la libertad de expresión que, como tantos otros derechos, aparece constitucionalmente consagrado   solo como bandera al viento. Periodistas que luchan contra la arrogancia del gobierno de turno y la imposición del empresario-anunciante. Es una lucha muy desigual en donde, lamentablemente,  con frecuencia indeseada, el periodista termina vencido por las exigencias y caprichos del poder dominante para poder subsistir…

Y si fuera de eso el propio presidente Santos, sin ningún rubor les pide a los empresarios que (…) “Llamen ustedes a los dueños de los medios para influenciar en los contenidos, para que al final el producto de los medios sea de optimismo y de confianza”, pues, apague y vámonos.

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Fin de folio.- Los primeros que deberán llamar a Santos “traidor a su clase”, cuando termine su gobierno, serán los periodistas, pues, no cabe en la cabeza que no solo como Presidente sino como periodista proponga públicamente tan velada y, por demás, inconstitucional censura a los medios.