PÓNGASE A PENSAR

22.01.2020 08:26

LA DESIGUALDAD RAMPANTE CIERRA LA PUERTA AL BIENESTAR DE MILLONES DE PERSONAS

Además, las diferencias económicas y sociales aumentan la inestabilidad política y erosionan la confianza en los gobiernos, cada vez más influenciados por los más afortunados. Pero no es inevitable. Subir los impuestos, especialmente, a las clases más adineradas ayudaría disminuir la desigualdad.

 

La creciente desigualdad, tanto en los países en desarrollo como en los ricos, exacerba las divisiones sociales y ralentiza el avance económico y social, según el Informe Social Mundial 2020: la desigualdad en un mundo en rápida transformación, publicado este martes.

Más de dos tercios de la población mundial vive en países dónde la desigualdad ha crecido. Sin embargo, no es inevitable. Aunque América Latina es una región con los niveles de desigualdad más altos, desde los años 90 ha conseguido rebajarla en muchos lugares. La mala noticia es que está volviendo a subir en algunas naciones que la habían visto decaer en años recientes, tales como Argentina, Brasil y México.

El impacto de la desigualdad se deja sentir tanto en el nivel nacional como en el nivel personal.

De acuerdo con el informe, preparado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, las sociedades que son muy desiguales son menos efectivas a la hora de reducir la pobreza, crecen más despacio, y cierran la puerta al avance social y económico.

En el prólogo al informe, el Secretario General destaca la oportunidad de su publicación cuando “tanto en el norte como en el sur, han surgido protestas masivas, alimentadas por una combinación de problemas económicos, crecientes desigualdades e inseguridad laboral”.

El 1% se lo lleva casi todo

El 1% más rico de la población tiene cada vez más dinero, mientras que el 40% más pobre obtiene menos de un 25% de los ingresos.

Para António Guterres, la disparidad de ingresos y la falta de oportunidades “están creando un círculo vicioso de desigualdad, frustración y descontento entre generaciones”.

El informe da pruebas de cómo la innovación tecnológica, el cambio climático, la urbanización y la migración internacional están afectando la tendencia de la desigualdad.

A ese respecto, Guterres asegura que el informe envía una señal clara: “el curso futuro de estos asuntos complejos no es irreversible”. Todos esos fenómenos pueden ser embridados para crear un mundo más equitativo y sostenible. Pero advierte también que, de no hacerlo, pueden “dividirnos aún más”.

El significado de no dejar a nadie atrás

Los Objetivos de Desarrollo, adaptados en 2015 por todos los países, están cosidos con el hilo de un principio, el de no dejar a nadie atrás. Ese principio ataca la desigualdad.

 

La causa mayor de la tendencia hacia la desigualdad son las políticas de los Gobiernos

 

Marta Roig, autora del informe, señaló en una entrevista con Noticias ONU que más allá de la globalización o la revolución tecnológica, “la causa mayor de la tendencia hacia la desigualdad son las políticas de los Gobiernos”.

El informe revela que el extraordinario crecimiento económico registrado en las últimas décadas ha fracasado en cerrar las divisiones entre los países y dentro de ellos.

La desigualdad entre países llevará inevitablemente a la migración, pero, si esta se gestiona de forma adecuada, no solo beneficiará a los migrantes, sino que también ayudará a reducir la pobreza y las diferencias sociales y económicas.

Uno de los lugares donde más se observa la desigualdad es en las ciudades, precisamente en un mundo en proceso de urbanización, porque las urbes ofrecen, a priori, mayores salidas que el campo. Pero esas ventajas no podrán sostenerse si no se reduce la desigualdad, asegura el informe.

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