Gobernantes mediocres

Toda encuesta, aunque esté  manipulada, refleja una tendencia, así el resultado no sea del todo confiable. Esto puede darse sobre todo en política. La imagen de un gobernante puede ser atenuada si está en baja o potenciada si está en alza.

Ya resulta famosa la encuesta mensual de imagen de los mandatarios locales adelantada por el Centro Nacional de Consultoría (CNC) para CM&, el noticiero de televisión.

Al finalizar el año, la encuestadora tabuló el promedio de los porcentajes alcanzados por los mandatarios, mes a mes, y elaboró el top ten 2012 que terminó encabezando, Sergio Fajardo, de Antioquia (84%), en el escalafón de gobernadores; y, Carlos Eduardo Correa, de Montería (83%), en la lista de alcaldes.

El Satélite se dio a la tarea de buscar entre los gobernadores, al de Cundinamarca, Álvaro Cruz, hallándolo en un modesto lugar (de la mitad de tabla hacia abajo), con un promedio del 67 por ciento sobre 100; y al alcalde de Bogotá, ni se diga: hundido en la larga lista de alcaldes de poblaciones de más de 50.000 habitantes, con una calificación del 48 por ciento sobre 100. En el lenguaje de los chinos de antaño (los de hoy no sé cómo dirían), podríamos decir que el gobernador pasó raspando y el alcalde perdió el año.

En el caso Petro, podría desconfiarse del promedio, pues, es claro que los medios de comunicación (y en particular CM&) le tienen tirria por todo lo que ha sucedido a lo largo del año en el cual, el mandatario capitalino ha pisoteado algunos callos de poderosos amigos y anunciadores de los grandes medios de comunicación. En el caso del Gobernador, sí parece que la mediocridad le acompaña, pues, no hay nada aparente que pueda estar manipulando su calificación en su desmedro.

Para sostener que de todas formas una encuesta manipulada conserva una tendencia en su resultado, tendríamos que levantar una hipótesis sobre la mala imagen de nuestros mandatarios en Cundinamarca y Bogotá: quizás los continuos agarrones en que se involucraron mutuamente el año pasado, hace que la gente no les vea con mucha simpatía, y a la hora de calificarlos en la susodicha encuesta, castigue tanto a uno como otro.

Sabido es que ni el Alcalde de Bogotá ni el Gobernador de Cundinamarca hacen química en asuntos neurálgicos para la población de la capital y el departamento como en el Tren de Cercanías; la Autopista Longitudinal de Occidente (ALO) y, últimamente, en los temas del agua y las basuras: ni Bogotá quiere vender más agua en bloque a Cundinamarca ni Cundinamarca recibirle más basuras a Bogotá.

Es triste que la región que más ejemplo debiera dar en esto de la integración sea, precisamente, la que más jala de las greñas al vecino, y siendo esa su connotación negativa, también podría ser la mala imagen de los gobernantes entre la opinión pública.

Pero, “doctores tiene la Santa Madre Iglesia que sabrán responder”, y ojalá tanto Cruz como Petro se dignen consultarles a ver qué pasa, por el bien de todos.

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Fin de folio: Vea más información en el siguiente enlace que le proporciona El Satélite

El top ten de los mandatarios locales