Para volver a ser dignos
15.01.2013 08:29
Ahora que el precandidato Presidente se aprovecha de todos los
reflectores para mostrarse dúctil a todos los gustos políticos y
sociales, resulta oportuno volver a ladrarle a la luna con este tema
de la reelección:
El país político nos debe a todos una reparación constitucional que
nos reponga la prohibición de la reelección presidencial, que fue lo
que dispusimos en la Constitución del ’91. No hay derecho que sigamos
regidos por una espuria reforma constitucional que se arrogó el
Congreso y que, además, fue venal.
Dentro de las más escandalosas impunidades que enmarca la justicia
colombiana está la que se conoce como “Yidispolítica” que tiene en la
cárcel a los que vendieron pero no a los que compraron la reelección
del presidente Uribe en 2006.
Esa es una página oscura de la historia política de Colombia, a pesar
de lo mucho que sobre el caso se haya escrito.
Sabemos mucho de la conducta de Yidis y Teodolindo; incluso de Sabas y
de Palacio, y de Uribe, ni se diga… ¿Pero, qué tanto sabemos de los
magistrados que avalaron el proceso espurio y venal en acto de
demagogia jurídica para ocultar el vergonzoso fallo a favor de la
reelección presidencial?
Tenemos suficiente ilustración que la susodicha reelección
presidencial, a más de lo espuria y venal, fue el epílogo de un
sometimiento del Estado de Derecho al paramilitarismo, que nadie
osaría hoy poner en duda.
El presidente Santos sabe mucho de este infausto capítulo de la vida
nacional. No solo ha sido de por vida periodista y escritor, sino
ministro de Defensa (desde junio del 2006) de Uribe y, como tal, lo
acompañó y secundó en la reelección, fundando para el caso el Partido
de la U.
Santos fue testigo ático de la confección del vestido de la reelección
presidencial que Uribe se caló, sin importar que fuese obsceno. ¿Pero,
se pondrá ese mismo vestido Santos?
Es lo más probable… A la tentación del poder, pocos han vencido. No
abundan los Lulla en Brasil o Mujica en Uruguay, este último que al
preguntársele si aspiraba a la reelección respondió tajantemente:
“Toda reelección es monárquica”.
Como quien dice, la Constitución colombiana no solo fue violentada en
su forma y en su fondo sino que el país fue sometido a un sistema
monárquico, lejos (¡bien lejos!) de ese primer artículo que nos define
como Estado Social de Derecho”.
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