Octavio Quintero

01.10.2012 03:07

 

¿Por quién doblan las campanas?

 

Sí, fue lánguida la jornada electoral de ayer domingo 30 de septiembre sobre la consulta interna de los partidos y movimientos políticos. Lánguida para la democracia colombiana, no para el Polo, Mira y Verde que asumieron el compromiso de confrontarse en las urnas con sus parciales.

 

Sí, fue un día lánguido para los partidos y movimientos políticos que conforman la Mesa de Unidad, es decir, los que gobiernan a Colombia bajo la batuta del presidente Santos. La pregunta resulta obvia: ¿No tenían nada estos que preguntarle a sus parciales de cara a la forma cómo vienen gobernando al país?

 

Bueno, hasta donde se sabe, la democracia es un asunto de confrontación pública y no de componendas: ¿En qué casilla clasificaría usted la Mesa de Unidad?

 

Cuando ninguno de los partidos que gobiernan a Colombia sale a las calles a debatir sus posiciones y refrendar sus comandos directivos, sino que se avienen a jugar a la tapada en una Mesa de Unidad, podemos convenir que la jornada de ayer fue un día lánguido para la democracia en Colombia.

 

La solución, que parece vislumbrarse, no es acabar con las consultas internas, sino hacerlas atractivas a los partidos y movimientos políticos que por medio de este mecanismo consoliden su presencia en la vida nacional.

 

Viéndolo bien, la advertencia de que la democracia en Colombia es un asunto de conciliábulos y no de opinión pública, resulta edificante en cuanto que se le desvela a la gente un artificio (disimulo, cautela y doblez) que por tantos años ha tenido por bandera.

Descubrir que vamos mal, es lo primero que se requiere para buscar ir bien: bueno, si nos dejan, dice la ranchera.

 

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