Nada por aquí... Nada por allá

16.04.2012 08:50

 

De las “Cumbres” no debe esperarse nada, ni siquiera un fracaso tan evidente

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No le fue bien al presidente Santos en la Cumbre de las Américas, aunque algunos editoriales de medios colombianos, entre otros El Tiempo de Bogotá y el Mundo de Medellín, intenten pegar con babas algunos retazos rescatados de esa Cumbre que salió hecha pedazos sin el protocolo y la pompa que se estila de una ‘Declaración’ final y la postal de despedida.

 

¿Qué salió de la Cumbre? Nada nuevo. Las dos cosas nuevas que calentaron los albores de la Cumbre, el aislamiento de Cuba y la guerra contra las drogas, se quedaron en el tintero. Y otro tema que debió haberse considerado, el problema de las Malvinas, ni siquiera se tocó, no tanto por algún ‘olvido involuntario’, como por el temor reverencial que todavía se tributa al Imperio, lo mismo que antes a Roma, ayer a Londres y hoy a Washington.

 

Una cumbre, se entiende, es la convocatoria de una reunión al más alto nivel destinada a tratar problemas y encontrar soluciones comunes a todos los participantes. Quien revise los debate, verá que en este cumbre todos se dedicaron a hablar de sus propios asuntos internos como si estuvieran, no en una cumbre, sino en un consejo de gobierno interno.

 

El caso colombiano es claro ejemplo:

 

- Intentó agitar el debate del narcotráfico y…  “un espíritu burlón que entre las sombras había” le decía… “¿Por qué no te callas?

 

- Intentó abrirle la puerta a Cuba y… “Un espíritu burlón que entre las sombra había”… le quitó la llave y la tiró al mar.

 

Quizás se tome como gran triunfo de Colombia haber conseguido en la Cumbre que Obama fijara fecha definitiva para sancionar el TLC pero ese mismo “espíritu burlón que entre las sombras había”, al escuchar tal versión, “se reía, se reía”…

 

Esta Cumbre de Colombia pasó como esos circos de postín por pueblos pobres, que en una sola función hacen debut, presentación y despedida. Eso quedó patético cuando la bella niña, Gabrielle, en la inauguración dijo lo que al mismo tiempo pudo ser la ‘Declaración’ final: “Señores presidentes: me contó este colibrí que estando más unidos seremos una mejor América”. Pero esto, como se vio, no pasó de ser un emotivo mensaje que hizo llorar hasta al presidente Santos.

 

 

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