MENÚ INFORMATIVO

09.02.2019 07:38

 

- Feliz Día del Periodista…

- Gracias…

- No hay de qué

Un desayuno de alacranes, a lo presidente del congreso y el alcalde de Bucaramanga, con sabor a EPM

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Editorial: REDGES

Octavio Quintero

Director

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El Día Internacional de lucha contra el Cáncer (lunes, 04 de febrero), sostuve un amable intercambio tuitero con el exministro de Salud, Alejandro Gaviria, y en una de sus réplicas, el exministro recordó que el salubrista, Hans Rosling, recomendaba “no usar las noticias para entender el mundo", “y razón no le falta”, acotaba Gaviria.

Bien discutible la tesis del salubrista porque, vivir sin noticias, es imposible desde el momento mismo en que uno se despierta y le pregunta al primero que ve, así esté en la misma cama con uno: ¿cómo amaneciste?

Pero, ciertamente, razón no le falta, porque si las primeras noticias que se acomodan en la mente de uno son asquerosas, pues, el día está arruinado…

Y ese es el sustento cotidiano, inevitable por demás, del mundo hoy. Pero en Colombia, la asquerosidad noticiosa llegó al colmo, tanto referidas a ciertos periodistas, los ricos y famosos, que han perdido la dimensión de “la profesión más bella del mundo”, cual es la objetividad, hasta donde la objetividad sea posible; y, de otro lado, las conductas de los líderes que orientan y toman las decisiones en los distintos ámbitos de la vida nacional.

En el campo internacional, un país, el país más poderoso del mundo, se para en la manguera de oxígeno de otro país, y nuestros periodistas nos dicen que la culpa es de la víctima, no del victimario.

En el campo nacional se pueden tomar, al desgaire, varios ejemplos de noticias asquerosas. EPM (Empresas Públicas de Medellín), está en la cresta y un meme lo dice todo:

¿Cómo puede concebirse tanta… ¿tanta qué?, digan ustedes, porque a mí, cualquier epíteto me queda corto. Solo sé que en este caso han causado un ecocidio en toda la dimensión y el horror de la palabra, y nadie responde; y, a estas alturas, las autoridades no parecen dispuestas a hallar al culpable porque, precisamente, el culpable está entre esas autoridades que rigen los destinos del país.

Dando vuelta a la página, se encuentra uno con ese energúmeno que desempeña las funciones de presidente del Congreso, viendo a ver como se tira lo poquito de paz que se asomaba a Colombia, tras 70 años de la tarde de horror en que mataron a Gaitán (1948).

Dicen que ese energúmeno “no sabe leer”, pero, alguien debiera hacerle el favor de contarle que la violencia en Colombia deja un saldo, a mano alzada, de 8 millones 500.000 víctimas; 120.000 desaparecidos; 10.000 ejecuciones extrajudiciales; más de 200.000 muertos; 6 millones 500.000 desplazados, y el rancho, ahora en manos de Uribe-Duque, ardiendo.

El pobrecito ni culpa tiene. Dentro de su ignorancia supina cree hacer lo correcto acatando las órdenes del ‘eterno’ y el ‘títere’.

Que coste que es la primera vez que utilizó este último epíteto referido a Duque, porque, objetivamente, me parece que le sienta bien.

Cerremos esta doliente hoja en el día nacional del periodista (09 de febrero) que, ni ganas dan ya de escribirlo con mayúscula inicial, con esa otra figura que se nos ha revelado en los últimos días: el flamante alcalde de Bucaramanga y su lapidaria sentencia a las embarazadas venezolanas de paso por Colombia: “una fábrica de hacer chinitos pobres”.

No, pues, con este menú informativo a primera hora, queda uno cargado ‘pa´tigre’, como el irascible enfermo que va al médico, y cuando el doctor le pregunta qué siente, le responde: a usted que le importa HP.

Y de postre, de momento, porque volverán más delante de plato fuerte, el fiscal, Odebrecht, Medimás, los estudiantes, los maestros, los campesinos, los pensionados, los carteles, en fin: menos mal que, al contrario de Venezuela, aquí no nos falta qué comer…

 

 

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