Manuel Prado

27.11.2012 05:43

 

El San Juan de Petro

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Se ha dicho, con mal disimulada hipocresía, que si a Petro le va bien, le va igual a los bogotanos. Pero, en contravía a ese aparente buen deseo, lo que se han visto son palos en las ruedas de la administración distrital. Todo porque, si da en el clavo, y acierta,  le costará más trabajo a Gina su campaña palaciega en procura de la Alcaldía Mayor.

Por ,ejemplo: una de las joyas de la corona sería la reapertura del Hospital San Juan de Dios (mi karma), y el pago de las acreencias laborales, que compromete no solo la palabra de Gustavo Petro, sino el deber constitucional y legal de la Presidencia de la República, de la Gobernación de Cundinamarca y de la Beneficencia de Cundinamarca.

Como Petro ha sido el único que ha puesto la cara y levantado la voz, en procura de Justicia, está prácticamente maniatado por una liquidadora investida de poderes inapelables, como  los de la Corte de La Haya, y quien, según testimonio de los trabajadores, ejerce a sus anchas la función de juez y parte. Y, como si fuera poco, tiene el apoyo declarado de Gina Parody, alta consejera presidencial para Bogotá, y del Gobernador Álvaro Cruz, que ocupa ese cargo por segunda vez. Cruz dijo, recientemente, en El Tiempo, que se atiene a la constitución y a las leyes en lo relacionado con el proceso de liquidación del San Juan  de Dios que, como está documentado, tiene vicios de inconstitucionalidad e ilegalidad, desde hace 7 años. De esto, como se sabe, y está documentado, puede dar fe el ex procurador Maya Villazón. Consta que la Carta Magna obliga a los gobernantes y servidores públicos a velar por la vida, honra y bienes de los colombianos. No es un favor. Es un deber. Viene al caso la sentencia bíblica: por sus hechos los conoceréis. Lo demás es basura.        

 

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