Maltrato laboral

07.04.2012 08:51

 

Carta abierta al senador Efraín Torrado.

De: Yamila Guerrero

Presidenta Sindicato Nacional de Trabajadores de Servicios Generales y Afines

Ref.  Salarios, prestaciones y demás obligaciones laborales del llamado Grupo Torrado.

“Quiero ser recordado como una persona integral y coherente entre lo que piensa, dice y hace. Como un senador responsable, trabajador y honesto”.

La anterior frase suya y otras afirmaciones como la de no tener, en la actualidad, vínculo económico directo con las empresas del llamado Grupo Torrado, y en particular con Internacional de Negocios S.A., al punto de haber perdido “mi familia, mi paz, mi tranquilidad y mi buen nombre”, fueron tomadas de varias informaciones de prensa como la Silla Vacía, El Tiempo y la Revista Semana.

Lamentamos mucho lo de su familia, porque somos testigos del padecimiento de 1.850 familias de mujeres pobres de Bogotá de los estratos 1 y 2, que en diciembre pasado tuvieron que acostarse todas las noches, incluida la Nochebuena, sin pan para sus hijos, sin salud y sin ventura, debido a que la empresa administrada por sus sobrinos no les pagó sus salarios.

Esta carta es para proponerle que nos ayude a buscar a dónde fue a parar la plata de las trabajadoras que prestan el servicio de aseo en las secretarías distritales de Integración Social y Educación. Usted tiene la facilidad de indagar este misterio, ya que fue fundador, gerente y miembro de la Junta Directiva de Internacional de Negocios, y beneficiario directo de los “referidos electorales” de las operarias de esta firma, que lo han elegido, por dos veces, como senador de la República.

Le damos algunos datos sobre la magnitud de la deuda laboral del Grupo Torrado, gerenciado por Luis Contreras y cuyo representante legal es René Torrado: a las 1.850 empleadas (hay algunos hombres) les adeudan los salarios de diciembre y enero, y a muchas de ellas, que están en estado de embarazo o con padecimientos de enfermedades profesionales, los meses de febrero y marzo. No hemos podido cuantificar, debido a que no les entregan los desprendibles de pago, los faltantes de períodos largos de liquidaciones y pagos de pensión y salud.

A lo anterior y para su conocimiento, le informamos de algunas situaciones laborales que han sido denunciadas ante las autoridades respectivas (Distrito, Mintrabajo, Procuraduría, OIT):

Son contratadas con el salario mínimo, bajo la modalidad de contrato de obra, lo que no les permite, en la mayoría de los casos, acceder a un salario acorde con las necesidades de una vida digna, pues al no ser vinculadas todo el año, terminan ganando menos de un salario mínimo mensual.

Laboran en jornadas de más de 8 horas diarias, en una tarea que requiere un gran esfuerzo físico, moviendo pesadas cargas, muy propensas a accidentes de trabajo y expuestas a agentes contaminadores, lo cual, al final, trae un altísimo porcentaje de enfermedades profesionales, como túnel carpiano, tendinitis, mango rotador, hernias discales, asmas, enfermedades respiratorias e infectocontagiosas, entre otras. Terminan sus días en medio de grandes padecimientos.

No les entregan sus contratos, ni sus desprendibles de pago, impidiéndoles conocer sus condiciones laborales y sus estados de ingresos y descuentos.

Les hacen descuentos no autorizados o fraudulentos, como por ejemplo seguros de vida y seguros funerarios, que la mayoría de las veces no son cancelados a las aseguradoras.

Hay baches de años y meses en el pago de la seguridad social y contribuciones parafiscales, en detrimento de la atención en salud, de semanas cotizadas para acceder a una pensión y del pago del subsidio familiar.

Escudándose en la modalidad contractual y en la no entrega de desprendibles de pago, no les reconocen las vacaciones de ley, ni la liquidación real de las cesantías y sus intereses, las primas, el pago de dominicales, horas extras y horas nocturnas.

No cumplen los parámetros del mínimo número de trabajadores por áreas o por cantidad de labor, produciendo una sobrecarga de trabajo indebida y cruel.

El sistema de supervisión laboral más parece ser un régimen de terror que oprime, persigue y somete a los trabajadores a extenuantes jornadas, el no reporte de los accidentes de trabajo, a acoso sexual, a la represión de la protesta, al desconocimiento de los derechos, al impedimento de la organización sindical y a la sumisión total.

Senador Torrado, a pesar de que su anterior empresa o empresa de sus sobrinos, cedió sus contratos en Bogotá a otras empresas como Clean Depot, Casalimpia, Mr.Clean Asepecol…, parta evitar la caducidad y escamotear las deudas, o que creen otras empresas para seguir licitando y mantener el nivel de contratación alcanzado durante la administración Moreno, de 161 mil millones de pesos, o utilicen otros nombres como Cooprosperar, Alfaba, Surcolombiana, Nutricol y otras, todas cuestionadas y denunciadas a lo largo y ancho del país, la deuda salarial y laboral con estas trabajadoras, por justicia social y humana, debe aparecer, para que su “buen nombre” no termine con el rotulo con que se titula el artículo de la Revista Semana, edición 1.559 del pasado 17 de marzo “El negocio del hambre”.

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