LOS LADRONES SE APODERARON DEL MUNDO

14.10.2017 09:33

 

 

Escándalo industrial de repercusiones

mundiales golpea a Japón

La siderurgica japonesa Kobe Steel reconoció que falsificó sistemáticamente los datos de algunos de sus productos durante diez años. La empresa provee acero, cobre y aluminio a clientes tan prestigiosos como General Motors o Toyota.

 

Hiroya Kawasak, director ejecutivo de Kove Steel, en rueda de prensa, admitiendo el escándalo que golpea a la empresa (foto/Reuters).

 

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Carros, airbags y ahora, metal. Un nuevo escándalo golpea a la industria japonesa.

De acuerdo con el periódico nipón Nikkei, Renault y Peugeot-Citroën se unieron, este viernes, 13 de octubre, a la larga lista de víctimas del último escándalo ocurrido en Japón, que afecta a cerca de 500 empresas en el mundo.

Los dos fabricantes de automóviles franceses compraron a la siderúrgica Kobe Steel piezas de metal para carros que tenían especificaciones técnicas alteradas.

La casa matriz de Peugeot-Citroën afirmó a Le Figaro que no estaba enterada de las compras hechas a Kobe Steel. El gigante europeo de la aeronáutica, Airbus, también citada por Nikkei, anunció que iba a verificar si el acero o el aluminio provisto por el grupo japonés pudo ser utilizado.

Trenes de alta velocidad, carros y pantallas LCD

El escándalo, que salió a la luz el domingo 9 de octubre, tomó una dimensión mundial con consecuencias difíciles de evaluar. Kobe Steel es uno de los principales productores de acero del mundo, provee aluminio, acero y cobre, utilizados en aeronáutica, en la fabricación de trenes japoneses de alta velocidad Shinkansen, en partes de carros o en la elaboración de pantallas de televisión LCD.

En un principio, Kobe Steel aseguró que la falsificación de las evaluaciones de conformidad solo se produjo en una fábrica de aluminio, durante un periodo de un año entre 2016 y 2017. Días después, el miércoles 10 de octubre, la compañía reconoció que existían indicios de alteraciones que se remontaban a diez años, probablemente, en la filial de aluminio.

El fin de semana, el escándalo alcanzó su punto más alto cuando se conoció que al menos 500 empresas del mundo adquirieron material no adecuado y que la división de acero, la principal de la siderúrgica, también estaba afectada por las falsificaciones.

La empresa japonesa se negó a entregar una lista de víctimas, pero grandes grupos como Toyota o General Motors reconocieron estar entre los clientes de Kobe Steel.

Una de las mayores preocupaciones se centra en la gravedad del fraude. Se sabe que se presentaron falsificaciones de productos cuya calidad estaba por debajo de las exigencias de los compradores, sin embargo, no se sabe qué tan baja sea su calidad.

Las revisiones alteradas hacen referencia a la resistencia y la durabilidad del metal. Uno de los operadores de Shinkansen anunció que iba a reemplazar las piezas elaboradas con aluminio fabricado por Kobe Steel.

De acuerdo con el New York Times, la mayoría de las empresas están evaluando hasta qué punto se vieron afectadas y, de ser el caso, si deben pedir revisiones de sus productos y refabricación de sus productos por razones de seguridad.

Duro golpe para la industria japonesa

El director ejecutivo de Kobe Steel, Hiroya Kawasaki, reconoció que “la confianza en nuestra marca cayó a cero”. Una ilustración concreta: el grupo perdió más del 40 % de su valor en la bolsa en una semana.

Más allá de la siderúrgica, es la confianza en los productos japoneses lo que se ha visto afectado. Kobe Steel era reconocida por la rigurosidad de sus controles, asegura el diario británico The Financial Times. Sin embargo, la confesión de las falsificaciones es un golpe duro para la industria japonesa, marcada por numerosos escándalos muy sonados en los últimos tiempos.

La semana pasada, Nissan se vio forzado a llamar a revisión a más de un millón de vehículos argumentando que “personal no calificado” había realizado las evaluaciones de calidad. En junio, el grupo Takata, fabricante de airbags explosivos que causaron la muerte de al menos 17 personas en el mundo se declaró en quiebra. “Hubo un tiempo en el que el modelo industrial japonés fue admirado por todos” señaló Koji Morioka, profesor de la Universidad de Kansaï a la agencia AFP.

Era una ventaja que permitía a la industria japonesa seguir en competencia a pesar del auge chino y de otros países del sureste asiático.

Aunque eran menos baratos, los productos japoneses tenían una reputación más confiable que permitía al país competir con Alemania en exportaciones de tecnología de punta. “El impacto (de los escándalos) en la reputación japonesa es importante. Puede dar la impresión que a los mercados que los productos japoneses no son tan buenos, lo que abriría una puerta a otros países como China”, señala Yi Zhu, analista de la agencia Bloomberg Intelligence en Hong Kong.

La acumulación de escándalos industriales amenaza la situación del país que podría enfrentar consecuencias económicas profundas.

 

 

Escándalo industrial de repercusiones

mundiales golpea a Japón

La siderurgica japonesa Kobe Steel reconoció que falsificó sistemáticamente los datos de algunos de sus productos durante diez años. La empresa provee acero, cobre y aluminio a clientes tan prestigiosos como General Motors o Toyota.

 

 

Hiroya Kawasak, director ejecutivo de Kove Steel, en rueda de prensa, admitiendo el escándalo que golpea a la empresa (foto/Reuters).

 

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Carros, airbags y ahora, metal. Un nuevo escándalo golpea a la industria japonesa.

De acuerdo con el periódico nipón Nikkei, Renault y Peugeot-Citroën se unieron, este viernes, 13 de octubre, a la larga lista de víctimas del último escándalo ocurrido en Japón, que afecta a cerca de 500 empresas en el mundo.

Los dos fabricantes de automóviles franceses compraron a la siderúrgica Kobe Steel piezas de metal para carros que tenían especificaciones técnicas alteradas.

La casa matriz de Peugeot-Citroën afirmó a Le Figaro que no estaba enterada de las compras hechas a Kobe Steel. El gigante europeo de la aeronáutica, Airbus, también citada por Nikkei, anunció que iba a verificar si el acero o el aluminio provisto por el grupo japonés pudo ser utilizado.

Trenes de alta velocidad, carros y pantallas LCD

El escándalo, que salió a la luz el domingo 9 de octubre, tomó una dimensión mundial con consecuencias difíciles de evaluar. Kobe Steel es uno de los principales productores de acero del mundo, provee aluminio, acero y cobre, utilizados en aeronáutica, en la fabricación de trenes japoneses de alta velocidad Shinkansen, en partes de carros o en la elaboración de pantallas de televisión LCD.

En un principio, Kobe Steel aseguró que la falsificación de las evaluaciones de conformidad solo se produjo en una fábrica de aluminio, durante un periodo de un año entre 2016 y 2017. Días después, el miércoles 10 de octubre, la compañía reconoció que existían indicios de alteraciones que se remontaban a diez años, probablemente, en la filial de aluminio.

El fin de semana, el escándalo alcanzó su punto más alto cuando se conoció que al menos 500 empresas del mundo adquirieron material no adecuado y que la división de acero, la principal de la siderúrgica, también estaba afectada por las falsificaciones.

La empresa japonesa se negó a entregar una lista de víctimas, pero grandes grupos como Toyota o General Motors reconocieron estar entre los clientes de Kobe Steel.

Una de las mayores preocupaciones se centra en la gravedad del fraude. Se sabe que se presentaron falsificaciones de productos cuya calidad estaba por debajo de las exigencias de los compradores, sin embargo, no se sabe qué tan baja sea su calidad.

Las revisiones alteradas hacen referencia a la resistencia y la durabilidad del metal. Uno de los operadores de Shinkansen anunció que iba a reemplazar las piezas elaboradas con aluminio fabricado por Kobe Steel.

De acuerdo con el New York Times, la mayoría de las empresas están evaluando hasta qué punto se vieron afectadas y, de ser el caso, si deben pedir revisiones de sus productos y refabricación de sus productos por razones de seguridad.

Duro golpe para la industria japonesa

El director ejecutivo de Kobe Steel, Hiroya Kawasaki, reconoció que “la confianza en nuestra marca cayó a cero”. Una ilustración concreta: el grupo perdió más del 40 % de su valor en la bolsa en una semana.

Más allá de la siderúrgica, es la confianza en los productos japoneses lo que se ha visto afectado. Kobe Steel era reconocida por la rigurosidad de sus controles, asegura el diario británico The Financial Times. Sin embargo, la confesión de las falsificaciones es un golpe duro para la industria japonesa, marcada por numerosos escándalos muy sonados en los últimos tiempos.

La semana pasada, Nissan se vio forzado a llamar a revisión a más de un millón de vehículos argumentando que “personal no calificado” había realizado las evaluaciones de calidad. En junio, el grupo Takata, fabricante de airbags explosivos que causaron la muerte de al menos 17 personas en el mundo se declaró en quiebra. “Hubo un tiempo en el que el modelo industrial japonés fue admirado por todos” señaló Koji Morioka, profesor de la Universidad de Kansaï a la agencia AFP.

Era una ventaja que permitía a la industria japonesa seguir en competencia a pesar del auge chino y de otros países del sureste asiático.

Aunque eran menos baratos, los productos japoneses tenían una reputación más confiable que permitía al país competir con Alemania en exportaciones de tecnología de punta. “El impacto (de los escándalos) en la reputación japonesa es importante. Puede dar la impresión que a los mercados que los productos japoneses no son tan buenos, lo que abriría una puerta a otros países como China”, señala Yi Zhu, analista de la agencia Bloomberg Intelligence en Hong Kong.

La acumulación de escándalos industriales amenaza la situación del país que podría enfrentar consecuencias económicas profundas.

 

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