LA VIGA EN EL OJO

27.09.2018 17:42

Lapidando a Maduro

Lucas, 23:28: Pero, Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos.

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Editorial

RED-GES/El Satélite

Octavio Quintero

Director

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El presidente Duque, en su papel de nuevo libertador de Venezuela, afirmó ante la ONU que … “Vivimos una crisis migratoria y humanitaria indignante en la región por una dictadura que aniquiló las libertades…”.

¿Alguien, en sus plenos cabales, puede refutar esto? No, ciertamente no.

Debemos admitir la contundente realidad de la migración venezolana, aunque pueda discutirse la causa de su razón de ser: si, por ejemplo, es fruto del mal gobierno de Maduro o del cerco económico tendido por Estados Unidos y secundado por todos los regímenes derechistas de América y Europa por no ser de su cuerda ideológica, o, podría ser también, por la combinación de una y otras razones.

La mala situación económica de cualquier país siempre lleva a sus nacionales a tentar suerte en otros países. La historia reciente de Colombia nos remite a millones de colombianos pasados a Venezuela en busca de mejores oportunidades, y entonces nadie hablaba de crisis migratoria ni de dictaduras; los millones de mexicanos pasando a EE.UU., nadie los relaciona concretamente con el régimen de Peña Nieto, y la masiva salida hoy de argentinos, huyendo de la mala situación económica de su país, tampoco se ha relacionado con su presidente Mauricio Macri. ¿Por qué lo de Venezuela sí tiene que ver con Maduro? No se requiere mucho esfuerzo mental para imaginar la intención de sus opositores.

Y, dentro de los países que se han declarado conmovidos con la migración venezolana, el que menos debiera lanzar la primera piedra, es Colombia: la migración interna y externa de colombianos es, de lejos, superior a la migración de venezolanos.

Hace apenas dos meses, el informe anual “Tendencias Globales”, presentado por ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), nos señaló como el primer país del mundo con el mayor número de desplazados internos: 7,7 millones de personas registradas en 2017.

Con los mismos argumentos que coadyuva Colombia ante la Corte Penal Internacional para denunciar el régimen de Maduro por provocar semejante crisis humanitaria, también pudiera acusarse a las administraciones colombianas por ídem. Y ojo que, “quien para arriba escupe, en la cara le cae”: los ojos del mundo están puestos sobre el proceso de paz de Colombia dejado en marcha por Santos, proceso que le causa urticaria a Duque a cuenta de su mentor principal, el expresidente Uribe. No hacer los esfuerzos suficientes por sacar adelante el proceso, podría revertir contra Duque, si algún acucioso relaciona el impresionante desplazamiento interno con su negligencia.

Por si alguien considera este editorial una defensa de Maduro, puede que tenga alguna razón, pero más razón tendrán los que lo consideren una acusación directa a Duque por rasgarse las vestiduras ante la ONU por un problema del vecino, cuando nuestro problema es, de lejos, peor: si los venezolanos están migrando por hambre, los colombianos están migrando por lo mismo y, además, porque están siendo cazados como patos por una parafernalia criminal que junta fuerzas insurgentes y contrainsurgentes; terratenientes; narcotraficantes, criminales comunes y organizados.

Hagan cuentas, y verán: 

¿Cuántos crímenes se puede atribuir en el último año a Maduro en defensa de su “dictadura”? ¿Y cuántos líderes sociales han caído en Colombia en el mismo lapso, y aparte de abrir la “exhaustiva investigación”, qué más se ha hecho? ¿Cuántos campesinos en Venezuela reclaman sus tierras despojadas por terratenientes, y cuántos en Colombia? ¿Cuántas mujeres y jóvenes venezolanos sufren los vejámenes que sufren las mujeres y jóvenes colombianos en manos de esa parafernalia criminal? ¿Tiene Maduro algún proceso abierto por falsos positivos como se registra en Colombia con cerca de 10.000 víctimas? Y no sigamos porque a alguien se le ocurrirá recordar que “todas las comparaciones son odiosas” sobre todo cuando la comparación nos aplasta directamente.


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Colombia: líder mundial en desplazamiento humano

 

 

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