LA MANO ASESINA

11.04.2013 06:29

 

No pasaron muchos días sin que, lamentablemente, se diera un cruel ejemplo de lo que significa la aparición de una mano asesina que le da lo mismo matar al bueno que al malo. Su asunto no es de justicia sino de intolerancia.

En la reciente edición No. 45 de El Satélite, se hizo referencia a este tipo de crímenes, mal llamados de “limpieza social”, en torno a los cuales viene circulando un puerco comunicado que no aguanta reproducción entre gente decente.

Se aconseja en la información de El Satélite que no debe mirarse indiferente, y menos tolerarse en cierta forma, esta corrupción social que desborda la justicia ordinaria y escapa con el tiempo a todo control.

Esa mano asesina que “limpia” de gente mala, también cae sobre la gente buena, como en el caso de la compañera, Isnelda Gutiérrez, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Robles en Soacha, asesinada el martes en la tarde por sicarios cerca a su vivienda.

Y salvo un cierto tardío y convencional lamento del gobernador Cruz, nadie más parece dolerse del hecho, especialmente las directivas comunales (Asojuntas, Federaciones y Confederación) que debieran darse por notificadas de que la lucha por la clase social también tiene su enemiga mano armada.

En momentos en que el tema de la paz se ha puesto muy en alto, no solo debemos hacer eco de la guerra entre el Estado y las Farc, sino de esta otra guerra de intolerancia que a diario cobra más víctimas que las bajas registradas en las filas del Ejército y la guerrilla.

La muerte de Isnelda, la líder comunal de Soacha, es en sí, una lápida que se pone sobre la cabeza de todos los líderes comunales, advertidos por este sicario que, como él, hay muchos esperando órdenes de esa mano asesina, mientras en la pasividad, todos parecemos conformarnos con que al menos no se vaya a meter con nosotros.

Y ahí es donde fallamos porque cuando se meta con nosotros, como en el verso de Bertol Brecht, quizás ya no haya nadie para dejar en nuestra tumba aunque sea un convencional y  tardío lamento.

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