'Carisellazo' en comercio exterior

12.02.2013 00:39

 

Los exportadores se quejan del bajo precio del dólar que, en materia de comercio exterior, es como el agua dentro de una manguera: lo que sube en una punta, igual baja en la otra.

El dólar es la moneda de referencia: se pagan en dólares las importaciones, en tanto que se cobran en dólares las exportaciones. Si el precio está bajo, malo para el que vende y bueno para el que compra (caso actual), y viceversa.

Los exportadores hoy, con un precio de dólar flotando debajo de los 1.800, pasan por las mismas afugias que los importadores en el 2004 cuando el precio flotaba por encima de los 3.000…

En síntesis, tienen razón los exportadores en sus quejas, pues, de alguna manera, “papá Estado” los tenía acostumbrados a propiciarles rentabilidad a sus negocios por la vía de la tasa de cambio: un suculento subsidio que no se daba ni a los más pobres de los pobres.

Por ejemplo: ¿Qué tal si el Estado garantizará un subsidio a todos aquellos trabajadores que no ganan al menos para adquirir el costo de una canasta familiar certificada por el Dane? El alarido de los neoliberales sería un tsunami de aquí a China.

Colombia enfrenta lo más parecido a una paradoja económica: abrió la economía y sigue firmando tratados de libre mercado hasta con la loca de la casa; ha parcelado el país en zonas francas hasta en los solares de los ricos; para defender a los exportadores, les ha brindado en bandeja de plata la estabilidad laboral, en aras de menores costos de producción; para estimular a los ricos les ha bajado las cargas tributarias y al capital extranjero le ha creado un paraíso fiscal; vendió todas las empresas estatales a precios de gallina vieja, dizque para mayor eficiencia en manos del sector privado y renunció, de paso, al mejor instrumento de manejo económico: la política monetaria que depositó en una autonomía del Emisor que, también por paradoja, le rinde tributo al FMI y al BM.

Los neoliberales no saben qué hacer;  y lo único que podrían hacer para salvar al país del abismo al que corre, cambiar el modelo, la vanidad no los deja… 

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