HACIA EL FIN DE LA DEMOCRACIA

30.11.2018 10:07

ECONOMÍA

La percepción de la población sobre la situación económica viene cayendo de manera sistemática desde 2013, donde alcanzó un 25%, a menos de la mitad, 12%, en este 2018. Esto hace que a lo largo de la encuesta de Latinobarómetro, se perciba una acentuada queja y malestar de los pueblos latinoamericanos, no solo sobre la situación económica, sino también en lo social y político.

En Venezuela no hay nadie (1% es estadísticamente no significativo), que diga que hay buena situación económica. En Brasil sólo el 6% se declara satisfecho y en Nicaragua el 7%, es decir, casi la totalidad de estos tres países están viendo muy negra la situación económica. Y, no están muy distantes de la percepción en Colombia, México y Costa Rica en donde el 90% de la población está viendo la situación oscura.

El panorama es tan complejo, desde la percepción social, que el más alto porcentaje de buena situación económica lo encabeza Chile, con solo el 26%, seguido de Uruguay con el 21%, Bolivia con 18%, Ecuador con 17% y Paraguay con 15%. Es decir, en los países latinoamericanos más optimistas, solo una cuarta parte de la población hacia abajo, ve despejada su situación, y en el promedio general, solo el 12% parece tranquila.

Convirtiendo estos porcentajes en números redondos, se podría decir que de los 657 millones de habitantes latinoamericanos, 578 millones están viendo su situación económica muy envolatada y de ahí, se puede agregar, la explosión intramigrante y a EE.UU. que se registra, sobretodo, en los dos últimos años.

Hacia la crisis total

La mala situación económica de la inmensa mayoría de la población es masiva y da cuenta del malestar de la región.

¿Cuán mala tiene que ser la situación económica de un país para declararlo con crisis económica?

Normalmente, los análisis económicos se basan en la tasa de crecimiento, el coeficiente Gini y la inflación para medir su desempeño. En este caso la mala situación económica denota un estado de la economía que, a lo mejor, no cumple con estos estándares, pero, en consideración de la gente, se trata de situaciones de receso económico.

En seis países, independiente de lo que digan los indicadores económicos, más de la mitad de la población dice que hay mala situación económica. El 83% de los venezolanos en primer lugar, Brasil y Argentina con el 62% en segundo lugar, El Salvador 59%, Nicaragua 58%, México 54%.

Insatisfacción latente

Lo anterior confirma una insatisfacción con la economía que viene en ascenso desde un 70% en el 2010, ya de por sí preocupante, hasta un 84% en este año de 2018. La percepción es tan preocupante que lo más aceptable solo alcanza al 30% en Chile y Ecuador, y de ahí para abajo hasta cerrar en los exiguos niveles del 6 y 3 por ciento en Brasil y Venezuela, respectivamente.

Estos datos solo confirman el malestar de la región que se refleja en todos los indicadores y muestran como se ha retrocedido a los niveles del año 2003. Y, lo peor, no se ve en los programas de gobierno que comandan presidentes latinoamericanos en la actualidad, con la sola excepción de México en la era de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que se acaba de iniciar, una propuesta de cambio de modelo económico.

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