ENTRE TODOS... PODEMOS

17.12.2017 13:28

La tortuga en el poste

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Editorial RED-GES/El Satélite

(Director: Octavio Quintero)

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Muchos políticos son como una tortuga en un poste, puesta ahí porque alguien la subió, y alguien tendrá que bajarla porque el animal ahí no hace nada. En síntesis, esa es la fábula de ‘La tortuga en el poste’ (autor desconocido).
 
Constituye una reflexión oportuna en vísperas electorales en Colombia a ver si así entendemos que la solución a buena parte de nuestros males, si no todos, está en bajar esos animales del poste.
 
A través de nuestros editoriales, frecuentemente instamos a la población electoral sobre el voto inteligente. Algo hemos avanzado, aunque no lo deseado. Pero, por ejemplo, el éxito de los pensionados y pensionadas al lograr hacerle tragar a Santos el proyecto de reducción de sus aportes a salud del 12 al 4 por ciento, fue advertirles a los congresistas que no contaran con su voto en las próximas elecciones, todos aquellos que no apoyaran su propuesta.
 
La población de pensionados de Colombia, sin organización gremial fuerte (sin descalificar el gran trabajo hecho por algunos grupos locales); sin apoyo explícito de las centrales obreras; sin plata y sin mecenas, descubrieron que el talón de Aquiles de todo político es el voto popular. Nadie, por más arrogante que sea, puede desafiar un potencial electoral de cerca de dos millones de hombres y mujeres de tercera edad que reconocen las estadísticas pensionales
 
Seguramente no todos seguirán la premisa del voto inteligente ni aplicarán la fábula de la tortuga en el poste… Pero muchos ya tienen claro que Santos los traicionó y, como dicen que, “dime con quién andas y te diré quién eres”, nadie que tenga el apoyo de Santos debiera contar con el voto de los pensionados: ni para Congreso ni para Presidente.
 
En el mismo concepto cae el candidato presidencial, Germán Vargas Lleras, pues, junto con Santos, participó del engaño en la reelección del 2014 como su fórmula vicepresidencial. Si algún pensionado (a) vota por él, digamos que es inconsciente o, quizás, que está muy cerca del candidato y, por ende, derivará dividendos particulares de su elección aliándose con él para continuar el engaño a la sociedad dentro de los próximas cuatro años.
 
Se pone de ejemplo a la población pensionada, porque es lo más visible en los actuales momentos de que sí se puede bajar al animal del poste. Por ejemplo, aunque tarde, Santos, en la analogía de la tortuga, ya es un animal rastrero.
 
Si todos los electores que se sienten frustrados con la legislatura que termina el 20 de julio del 2018, y hay muchos ejemplos: los artistas (que no lograron pasar su ley de reconocimiento profesional); los médicos residentes (que no lograron pasar la ley de reconocimiento laboral); las madres comunitarias; las víctimas del conflicto (que tienen en duda su ley de las 16 curules); los trabajadores activos (que les hicieron ‘conejo’ con la restitución de la remuneración nocturna), y tantos y tantos otros que hacen parte de ese 80% de opinión pública que descalifica en las encuestas el trabajo legislativo, castigan con el voto a los aspirantes nuevos o viejos al Congreso (bajan del poste a la tortuga), muchos de nuestros males, si no todos, como se dice al principio de esta nota, entrarán por una vía distinta de solución.
--Fin de folio.- 

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