SI ESTAMOS COMO ESTAMOS,

¿POR QUÉ NO CAMBIAMOS?

Prefacio.- Fue Tácito quien dijo: “Cuanto más corrupto es el Estado más leyes tiene”. Ni que hubiera estado mirando a Colombia.

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Editorial RED-GES/El Satélite

Octavio Quintero – Director

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Hace 25 años (ley 80 de 1993), se les tiene prohibido a las entidades públicas contratar con terceros funciones propias de su objetivo misional que puedan desarrollar sus trabajadores de planta, según el artículo 32, numeral 3 de la mencionada ley.

Pues, desde entonces, la norma se la pasan por la faja desde la propia Presidencia de la República,  hasta la más insignificante oficina pública del más apartado rincón del país. Y, por supuesto, desde entonces también, la Procuraduría y sus extensiones en el orden nacional, departamental y municipal, vienen amonestando, y de ahí no pasan, a  los infractores de la norma.

La más dura amonestación la profirió hace poco el procurador Carrillo, al afirmar que las nóminas paralelas “se han convertido en un paraíso de corrupción estatal”: ¡Qué definición tan exacta!

Todos hemos visto u oído noticias que nos avisan de que las nómicas paralelas superan en los despachos públicos a la nómina de planta. Y para que el procurador haya dicho lo que dijo, es porque tiene la información fidedigna, es decir, la prueba reina de que todos los mandos públicos en calidad de nominadores se ríen de la constitución y la ley; y la Procuraduría, que es la primera autoridad en ese campo del servicio público para sancionar a los perjuros, se la pasa advirtiéndoles que tal conducta está prohibida, y nada más.

Tal parece que el “bueno” de Carrillo llegó con el mal colombiano de hablar mucho y hacer poco, al igual que sus antecesores; y, al igual que ellos,  se le va yendo el tiempo en muchos titulares de primera plana en todos los medios de comunicación social y, de aquello, nada de nada.

El procurador lleva año y medio en el cargo, y, ¿puede alguien señalar alguna ejecución suya que de verdad le indique al país que está dispuesto a hacer cumplir la constitución y la ley, caiga quien caiga? No, todo se le ha ido en advertir lo que ya sus predecesores se cansaron de advertir, y nada más…

Hasta la misma augusta Corte Constitucional habla y habla en sentencias que tampoco se cumplen, ni hay autoridad con voluntad política capaz de hacer cumplir sus preceptos jurídicos.

En la sentencia C-614 del 2009 (hace 19 años), la Corte dicta cátedra sobre este asunto al decir:

A pesar de la prohibición de vincular mediante contratos de prestación de servicios a personas que desempeñan funciones permanentes en la administración pública, en la actualidad se ha implantado (…) la suscripción de “nóminas paralelas” o designación de una gran cantidad de personas que trabajan durante largos períodos en las entidades públicas en forma directa o mediante las cooperativas de trabajadores, empresas de servicios temporales o los denominados out soursing, (…) práctica ilegal que evidencia una manifiesta inconstitucionalidad que (…) afecta un tema estructural en la Carta de 1991, cual es el de la carrera administrativa (…) por lo que (…) se conmina a la Contraloría General de la República, a la Procuraduría General de la Nación y al Ministerio de la Protección Social a que adelanten estudios completos e integrales de la actual situación de la contratación pública de prestación de servicios, en aras de impedir la aplicación abusiva de figuras constitucionalmente válidas.

Al cabo de estos 19 años al procurador de hoy todo lo que se le ocurre decir es que las nóminas paralelas “se han convertido en un paraíso de corrupción estatal”, cosa que sabemos todos, inclusive desde antes de la sentencia mencionada del 2009.

¿Se necesita una consulta popular anticorrupción para moralizar este tipo de delincuencia extendida a todos los despachos públicos? No, ¿cierto que no?...

Lo que necesitamos es un gobierno encabezado por alguien que cumpla la constitución y la ley, y la haga cumplir a todos los gobernados: caiga quien caiga, como nos vienen diciendo también hace muchos años en los que, lo único que vemos caer es al país en la degradación de  un abismo de corrupción y e inmoralidad.