HIDROITUANGO: LA TRAGEDIA HUMANA

07.06.2018 08:17

 

Todos estamos rezando por la represa y pocos pensando en el futuro mediato de los damnificados

Ya sabemos que muchas familias asentadas en la hoya del Bajo Cauca, al menos 200.000 personas, unas, no podrán volver a su hábitat ancestral, y suponemos que las que puedan volver van a vivir en condiciones distintas a las que estaban acostumbradas antes de la tragedia  ingenieril de la represa de Hidroituango, ya no la más portentosa del país sino la más desafiante de la naturaleza.

Hasta ahora se les está dando una atención de refugiados en albergues improvisados, tal vez bien acondicionados, pero albergues al fin y al cabo, que la razón común define como un lugar de incierto paso, de protección, amparo o consuelo para momentos difíciles, y nada más.

El gran problema de la megahidroeléctrica es la cuestión humana. Pase lo que pase al final sobre la obra en sí misma, si finalmente se superan las dificultades o si colapsa toda, porque este último riesgo con ribetes de enorme y costoso fracaso empresarial también es posible, nadie habla desde ya, cómo se van a enfrentar las nuevas y emergentes condiciones socioeconómicas y culturales de las miles de personas que tendrán que decirle adiós a tantas cosas que a partir de ya, solo serán nostalgias.

Oportuna la carta del procurador Carrillo a la junta directiva de las EPM pidiendo explicaciones sobre puntos que pudieran considerarse errores de ingeniería o cálculo temporal que devinieron en la tragedia. Y probablemente recibirá explicaciones técnicas que no podrá cuestionar sino desde el mismo plan técnico, y ello se convertiría en un mundo de subjetividades bizantinas.

Sin abandonar la prelación que pensamos debe darse a la cuestión humana, o al menos una preocupación y atención por su suerte par y paso a la atención nacional e internacional que se da al evento de la represa, hagamos un paréntesis para resaltar dos puntos del cuestionamiento del procurador:

1- ) Pregunta por qué  se decidió taponar dos túneles de desviación de las aguas represadas sin haber finalizado la construcción del terraplén de la presa y todas las obras del vertedero…

Pareciera como si el procurador tuviera la misma idea que mucha gente ha expresado, ‘sotto voce’, de que se quería aligerar el fin de esta parte de la obra como si alguien estuviera interesado en cortar la cinta antes del 7 de agosto; algo similar a lo que pasó con el puente de Chirajara, en la vía al Llano, inspeccionado pocos días antes de que se derrumbara por el presidente Santos.

La verdadera razón por la cual se taponaron anticipadamente los túneles provisionales de evacuación de las aguas del Cauca mientras se fraguaba la cavidad de la represa, tal vez nunca se sabrá. 

2- ) Pregunta también  por la calidad de los materiales, y si cumplían con los estándares internacionales para este tipo de construcción, y avanza en la idea de que para la Procuraduría General “las condiciones actuales del proyecto demostrarían lo contrario”.

Esta pregunta del procurador sí que tiene profundidad, porque al cuestionar la calidad de los materiales en Hidroituango viene a la memoria no solo el desastre de Chirajara, sino el derrumbe de edificios como en Medellín y Cartagena (los más notables), y una sucesión de eventos del mismo tenor que más allá de causar la alarma general y atraer la atención de la prensa por unas cuantas horas, todo queda en el olvido cuando se apagan los reflectores.

Salvo que ahora recordamos que hace varios meses, nuestro internauta en Barranquilla, José Darío Forero, nos puso en conocimiento de una bien sustentada denuncia sobre la reducción de la resistencia del cemento a la mitad, noticia que también incluimos como enlace al final de esta nota.

El mismo colaborador tiene denuncias sobre el particular que cursan en la Superintendencia de Industria y Comercio y derechos de petición ante la misma empresa que ha evadido responderle concretamente aduciendo que ellos son “empresa privada” y no tienen obligación legal de acatar las normas que rigen sobre el particular para el sector público.

Seguramente si este tema alcanzara una mayor visibilidad, podría abrierse formalmente una investigación sobre la grave denuncia de Forero, tan grave como que un ingeniero allegado a esta empresa periodística se aterró al enterarse de la denuncia porque, dijo, si es cierto, nosotros seguimos aplicando mezclas de cemento y arena bajo el supuesto de la resistencia estándar en el mercado internacional.

Solo a manera de reflexión: ¿Por qué el procurador toca el tema sobre la calidad de los materiales? ¿Tiene esto que ver con los desastres de Chirajara, Hidroituango y los edificios de  Medellín y Cartagena?

Que sea la oportunidad de profundizar en esta denuncia, aprovechando la sospecha de la Procuraduría, sería lo más conveniente.

Para finalizar, volvemos sobre la cuestión humana: así como están dándole al asunto material la visibilidad nacional e internacional que percibimos, es más, o al menos igual de urgente, que nos hablen ya del futuro de esas familias del Bajo Cauca que a partir de este soberbio desafío ambiental, nunca más podrán vivir como vivían antes de Hidroituango.

En su drama se encierra no solo la nostalgia del pasado sino lo incierto del futuro: ¿De qué van a vivir personas, por ejemplo, que no saben más que pescar y que ya están notificadas de que nunca más podrán volver a ocupar la ribera del río? ¿Las van a llevar a otra ribera o les van a enseñar otra labor de la cual puedan vivir? Y así sucesivamente caso por caso entre los 200.000 damnificados, entre ellos niñas y niños que están perdiendo tiempo de estudio, ahora que se nos dice, y es cierto, que la educación es lo más básico en la formación futura del ser humano.

En esto de desplazar gente no entra solo la consideración material, como, cuánto vale su casa o el carro o el taller. La cuestión es más profunda y compleja, este último término que dice todo lo que no se puede escribir en el marco propio de un editorial.

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ARGOS REDUCE LA RESISTENCIA DEL CEMENTO A LA MITAD

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