El que calla, otorga

14.07.2012 04:50

 

El dicho ese de que cada cual es dueño de sus actos, no resulta tan cierto cuando de funciones públicas se trata. Los actos públicos, no solo son de interés general sino que sobre ellos, los funcionarios públicos, deben rendir cuentas.

Entrando en materia, sobre la administración pasada en Tocancipá, presidida por el empresario, Walfrando Forero, se han hecho muchas y graves críticas; y salta a la vista el deterioro de obras que en su momento fueron el esplendor de su febril administración: la Ciudadela Cultural y Turística, el nuevo hospital y las Torres de San Juan, por mencionar unas cuantas.

En general, y según denuncia reciente del alcalde, Carlos Julio Rozo, las últimas obras de Walfrando fueron contratadas a la carrera, muchas de ellas con diseños técnicos deficientes o simplemente sin ellos, y quizás también, con irregularidades procedimentales en la contratación.

Y el exalcalde no ha salido a responder por tan graves acusaciones. Como en la promocionada comedia de Caracol TV, aquí también valdría la pena preguntar… “¡¿Dónde carajos está Walfrando?!”.

Resulta imposible entrar en detalles en un espacio tan breve como forzosamente debe ser un editorial, que se llama de fondo, más por lo sustancioso que por lo extenso. Pero, al menos hoy, valdría la pena entrar en el detalle de la Ciudadela Cultural que se está cayendo a pedazos.

¿Cuánta plata se está perdiendo ahí? ¿Quién va a responder?... ¿El alcalde anterior; el actual o el contratista?... ¿O quedará la obra como un monumento a lo inconcluso y, por tanto, se cargará su costo al rubro de “contribuyentes estafados”?

Cuando el fiasco de la Ciudadela solo eran conjeturas que hacía la gente, podría explicarse el silencio del exalcalde… Pero es que, la última destapada del alcalde Rozo sobre el tema, no puede tomarse así como simple charla de un mandatario a la comunidad. Sus denuncias son cabeza de proceso que compromete tanto al alcalde actual como a su sucesor porque… (1) El alcalde actual está en la obligación de interponer las denuncias respectivas ante las autoridades competentes, si es que ha encontrado o simplemente sospecha de irregularidades y (2), el exalcalde está en la obligación de salir a explicar su conducta, porque lo que estuvo manejando en Tocancipá en su administración no fue su dinero sino el de los contribuyentes.

Fuera bueno que tanto uno como otro, procedieran en consecuencia, antes de que la sociedad civil tenga que recurrir por su propia iniciativa a las instancias pertinentes que podrían involucrar al primero por acción y al segundo por omisión.

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