¿EL PODER PARA QUÉ?

12.06.2013 07:42

¡Ah pocos cargos de elección popular que se salvarían de un voto-castigo en Colombia si el voto, a su vez, fuera consciente en este país!

Son tantos y tan graves los daños sociales infringidos a la sociedad colombiana en los últimos 25 años, por fijar alguna fecha, que resulta evidente afirmar que las elecciones en Colombia son antidemocráticas.

Ya sé que nada le dice a la mayoría de la gente el término ‘antidemocrático’, y menos, cuando lo referimos al poder “legítimamente” constituido. Antidemocráticas son, por poner un claro ejemplo, las FARC, y contra ellas dirigimos todas las baterías del Estado y de la sociedad para contener su lucha y extirpar su causa.

Si lo anterior quedó claro, resulta forzoso admitir que si las elecciones en Colombia son antidemocráticas, el poder que se deriva de ellas no está legítimamente constituido.

La disyuntiva es simple: o nos están robando las elecciones o los electores todos estamos locos. No de otra forma se explica que se mantengan en el poder unos tipos que están legislando en contra de nuestros propios intereses.

Ahora tenemos en el asador dos claros ejemplos de legislación antisocial: el modelo sanitario y los TLC. Ahí están nuestros legisladores tratando de ajustar un modelo que ha llenado los bolsillos de ladrones y los cementerios de cadáveres. Modelo contenido en la ley 100, propuesta en el gobierno de Gaviria (1990-1994), quien funge hoy como oráculo de nuestro destino. Y eso que es mucho, no lo es tanto, si se recuerda que al ponente de esa nefasta ley, senador Álvaro Uribe, se le premió con la Presidencia dos veces, y de vainas no fueron tres o más…

Por los lados del TLC, sus crímenes apenas empiezan… Es tan joven la criatura… Y no obstante su mortal advenimiento, el presidente Santos sigue dando autógrafos, como cualquier vedette, a cuanto TLC se le atraviesa: judío o palestino; tirio o troyano.

La triste realidad del TLC queda patética en una expresión de un padre de familia que se encontraba en la alpujarra de Medellín haciendo cola para que le regalaran leche –made in Colombia. Cuando supo que se trataba de una protesta de los lecheros que se están quebrando con las importaciones dijo: “¡Pobrecitos!”.

Séneca se quedó en pañales cuando, llegado al lecho de su madre moribunda a quien no veía hacia años por diferencias de familia se excusó diciéndole: “Me arrastré sobre mis heridas para llegar a curar las tuyas”.

Dos ejemplos: ley 100 y TLC que brillan hoy, solo por hoy, en la corona de atracos sociales perpetrados al país por gobernantes antidemocráticos que se sostienen en el poder para gloria suya y desgracia nuestra.

 

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