El malestar sube de tono
09.07.2012 01:12
La próxima derrota del presidente Santos a manos de la Sociedad Civil, será en el campo de la salud.
Desde que se denunció en el Congreso el robo a la salud, a la fecha, nada ha cambiado: los problemas, maltratos, desatenciones y, por supuesto, robos a la salud, siguen campantes, a ciencia y paciencia del gobierno nacional que ha tenido la oportunidad de enmendar la plana y nada ha hecho.
El nuevo momento de “efervescencia y calor” está cerca. La tenaz lucha del Polo Democrático, con el senador Robledo a la Cabeza, está por dar frutos: Primero fue la Marcha Blanca encabezada por el propio alcalde de Bogotá contra el modelo de salubridad imperante en Colombia desde la nefasta Ley 100 que, no debemos cansarnos de repetir, fue inspirada en el gobierno del “Revolcón” (César Gaviria) y aupada en el Congreso por el entonces senador, Álvaro Uribe Vélez, futuro gobierno de la “Seguridad Democrática”.
Pocos días después de la Marcha Blanca, apareció la carta de los exministros de salud condenando el modelo mercantilista que se introdujo en la prestación de uno de los servicios públicos más fundamentales y sensibles a toda sociedad: la salud y, finalmente, tenemos ahora la rebelión de los secretarios de Salud de los departamentos y municipios en donde ya, abiertamente, acusan al gobierno de seguir intentando a punta de “remiendos de reformas” sostener un sistema asesino porque según dicen ellos en su propia declaración final (…) “ha cobrado muchas vidas”.
Digamos que a esa lucha de la oposición (el Polo) contra el establecimiento (la Unidad Nacional), se ha sumado el establecimiento descentralizado (departamentos y municipios) y la sociedad civil que tiene previsto para el próximo jueves, 19 de julio, una gran manifestación en todas las principales capitales del país en protesta contra el sistema de salubridad que, como lo dicen los secretarios del ramo, “hace aguas”… y sigue a flote solo porque el gobierno le ha lanzado unos salvavidas que ahora llaman “remiendos”, procurando mantener los privilegios financiero y mercantilista del modelo.
Antes o después de esa manifestación, Santos debe resultar con algo que satisfaga a la opinión pública, si quiere reelección. Su imagen no aguanta otra humillante derrota como la sufrida con la reforma a la Justicia y, en antes, la registrada con el retiro de la reforma educativa. No le basta con que haya mandado la señal de que ya no habrá propuesta de reforma tributaria ni, tampoco, reforma pensional. Digamos que, como ya el país no cree en sus reformas, va a tener que inventarse (él para eso es bueno) un camino para tumbar el modelo de salubridad porque eso es lo que está haciendo aguas.
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Fin de folio: Santos, cultor excelso de la Tercera Vía, debe tener grabada en mármol esa sentencia de Peter Drucker quién, en uno de sus tantos libros sobre la Alta Gerencia, le mandó el siguiente mensaje a los gerentes del momento: “cambia o lo cambian”. Ahí verá…
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