El G-20, o la guerra entre ricos
11.11.2010 18:16En estos momentos en Seúl, Corea, las 20 naciones más poderosas del planeta, que son las industriales y las emergentes, conocidas como el G-20, se dan con todo: están inmersas en una “guerra de divisas”.
Hay guerras que nos devastan como esas enfermedades escondidas que cuando aparecen, resultan terminales: el cáncer, por ejemplo.
Ahorita mismo, las autoridades colombianas en asuntos monetarios (y todas las autoridades monetarias del mundo, porque no hay ninguna que escape a la influencia del dólar), están de bruces entre la teoría monetaria, viendo a ver cómo enfrentan esta guerra de divisas cuyo último bombardeo fue de 600.000 millones de dólares emitidos por la FED, la equivalencia de Banca Central entre nosotros.
Puede que en algún momento, ojalá nunca, una bomba explote en la cara de miles de palestinos lanzada por Israel, y nos vamos a dar cuenta porque el mundo está englobado por los medios de comunicación que nos han reducido a “online” los sucesos y a cero las distancias. Pero, probablemente, ni perderemos el apetito ni el sueño.
La guerra de divisas no resulta lo mismo. Seguramente en estos momentos, en una pieza de Tocancipá o una suite del Tequendama, dos personas, sideralmente separadas por abismal clase social, sufren de lo mismo: el alza del dólar. La primera perdió el puesto porque la echó la segunda, y la segunda la echó porque se quebró su empresa. Es así de sencillo.
Seguramente la desempleada no entienda de comercio internacional, y ni siquiera sepa qué es una divisa; y, quizás la segunda, tampoco. Porque para ser empresario, la inteligencia es inversamente proporcional a la plata, es decir, la plata suple (o así se cree), la inteligencia. Pero ambas, y todos, estamos inmersos en esta guerra del capitalismo financiero, ese mismo que sitia al mundo de cuando en cuando con la explosión de sus burbujas que caen como el granizo sobre todos, aunque sus utilidades permanezcan en las cumbres de sus organizaciones.
Esa cumbre del G-20, que ahorita mismo invade de noticias al mundo, es, ni más ni menos, que la guerra del comercio y las divisas en busca de más víctimas: más de las más de mil millones que se están acostando ahora sin qué comer y se levantarán mañana en las mismas; más de los millones de millones que no tienen trabajo; más de los millones de trabajadores mal pagos, entre otros, las mujeres cabeza de hogar y los niños y niñas que por no poder seguir estudiando tienen que salir a ganarse la vida a punta de músculo. Más y más de lo mismo, que ya es demasiado.
Esta guerra no tiene fronteras; no tiene hígados; no reconoce valores. Usted y yo somos víctimas terminales del capitalismo a ultranza.
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