EDUCACIÓN PARA EL TRABAJO

Eso de la “educación para el trabajo”, de que hablara recientemente el exalcalde de Medellín, Luís Pérez Gutiérrez, en estas páginas de El Satélite, no es solo para los jóvenes de los países en vías de desarrollo, como Colombia, sino para todos los estudiantes de hoy que enfrentan el ingreso a la vida laboral en un mundo globalizado.

Es lo que acaba de alabar en Estados Unidos el presidente Obama, hablando ante los estudiantes de la escuela P-TECH, de Brooklyn, que, en colaboración con IBM, forma a sus alumnos con énfasis en la tecnología.

Es también lo que hace poco resaltó el Papa Francisco en su ya famosa homilía de Cerdeña, Italia, cuando dijo que sin trabajo la vida es indigna.

Es lo que se destaca en el Colegio Industrial de Tocancipá en su aniversario de 15 años, educando a los jóvenes para que salgan de bachillerato sabiendo hacer algo y puedan proveerse en el mercado laboral algún trabajo que les permita al menos liberar a la familia de su carga económica.

El Papa y Obama han puesto el tema de una reforma educativa al más alto nivel, y es en este contexto que resulta oportuno lo que al respecto señalan el exalcalde de Medellín, Luís Pérez, y la rectora del Industrial en Tocancipá, licenciada Eva Triviño, quien, con su visión pedagógica ha impulsado en los últimos años esta joven institución en el camino de ese nuevo paradigma de la “educación para el trabajo”.

La necesidad de rediseñar la educación no pasa, pues, por aumentar un año más el nivel de bachillerato, como lo propuso recientemente el gobierno nacional, sino por acentuar la enseñanza en las habilidades que demandan las empresas, exigidas ellas mismas por el imperio de una economía de alta tecnología.

Siguiendo este paradigma, deberíamos ser capaces de llevar a más escuelas y colegios del país, públicos y privados, una mejor y más amplia educación para el trabajo, en reemplazo de tanta teoría que, sin menospreciar su valor histórico y cultural, en el inicio de una vida laboral, de poco o nada sirve.