Eduardo Lora

19.07.2012 08:05

Moral tributaria

¿Es posible manipular a los contribuyentes para que abandonen sus prácticas evasoras?

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Nota de la redacción.- Este análisis llega en momentos en que ha vuelto a agitarse en el medio colombiano el tema de la reforma tributaria que, ante los anuncios iniciales sobre su proyección y alcance, iría en total contradicción con lo que plantea el analista en su habitual columna de Dinero.com

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Los latinoamericanos se las arreglan para evadir la mitad de los impuestos a la renta que deberían pagar. La evasión contribuye a que la recaudación del impuesto de renta a las personas en América Latina sea solo 1,4% del PIB, mientras que en los países desarrollados alcanza 9,4% del PIB. Las empresas también evaden cerca de 50% de los impuestos a las ganancias, que en América Latina generan ingresos fiscales de solo 3,6% del PIB.

 

Debido a la baja recaudación del impuesto a la renta, los gobiernos acuden en forma exagerada a otros impuestos que son más fáciles de recaudar pero que son menos progresivos y que generan más informalidad, como el IVA y los impuestos a la nómina.

 

Un plan efectivo para reducir la evasión debe combinar varios elementos. Idealmente, el diseño del impuesto debe crear incentivos para rendir información que ayude a detectar a los evasores. Involucrar al sistema financiero y a las grandes empresas como fuentes de información sobre los ingresos de los individuos y las empresas facilita el control. También es importante que haya una buena estrategia de inspecciones y auditorias basada en las probabilidades de evasión y el conocimiento de los contribuyentes.

 

Sin embargo, es posible que todo esto sirva de poco cuando los contribuyentes creen que evadir impuestos es normal y cuando encuentran justificaciones morales para no pagar impuestos. De hecho, según el Latinobarómetro, solo uno de cada dos latinoamericanos piensa que evadir impuestos es reprobable.

 

Si nadie paga impuestos, por qué voy a pagar yo. Con tanta corrupción no vale la pena pagar impuestos. El gobierno no atiende las necesidades de gente como yo. Estas son frases que todos hemos oído o, peor aún, dicho alguna vez, para justificar la evasión.

 

Otros factores que pueden lesionar la “moral tributaria” son la falta de popularidad del gobierno de turno, la creencia de que el país no va en la dirección correcta o la percepción de que las entidades públicas no están atendiendo los problemas sociales más acuciantes, como la seguridad o el desempleo.

 

Hasta hace poco, todos estos argumentos carecían de sustento empírico. Pero una nueva corriente de investigación está tratando de determinar qué factores influyen en la moral tributaria y qué pueden hacer los gobiernos para elevarla.

 

Encuestas recientes de la CAF, reportadas en un excelente informe sobre finanzas públicas, indican que la disposición a pagar impuestos aumentaría en 10% aproximadamente en respuesta a acciones del gobierno encaminadas a erradicar la corrupción, mejorar la transparencia, eliminar la evasión, aumentar el gasto social y mejorar la seguridad. Una mejor percepción del gobierno también mejoraría la disposición a pagar impuestos, pero los efectos serían mucho menores. Sin embargo, es incierto si la disposición declarada en las encuestas se traduce efectivamente en mayor cumplimiento de las obligaciones tributarias.

 

La publicación de los resultados de auditorías de corrupción sí tiene efectos comprobados en la recaudación de los impuestos locales a la propiedad. Los municipios de Brasil donde las auditorías han indicado que hay corrupción han visto reducidos sus ingresos tributarios. Sin embargo, los efectos son en general muy moderados. Lo mismo ocurre con otros mecanismos “personalizados” para mejorar la recaudación con los que algunas administraciones tributarias han experimentado en la práctica, tales como amenazas de auditorías personales o penalidades a los evasores.

 

La conclusión general de todas estas investigaciones es que las reacciones humanas son tan variadas que se requiere de una gran diversidad de estímulos y de formas de coerción para reducir sustancialmente la evasión. Las acciones relámpago que buscan manipular a los contribuyentes para que abandonen sus prácticas evasoras no producen efectos duraderos. La moral tributaria no se construye de la noche a la mañana.

 

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