Edgar Victoria González

04.01.2013 08:51

 

(teocrito2010@gmail.com)

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¿Desde hasta cuando?

Después de tantos años  de alevosía contra nosotros los del pueblo colombiano, ya parece casi imposible rescatar la verdad verdadera de lo que ha acontecido en este país, desde que a algunos nos ha tocado vivir las consecuencias políticas del asesinato de Gaitán, porque las causas apenas y posiblemente las podemos colegir.

Desde que Simón Bolívar, Antonio Nariño y otros reales líderes de la independencia de España lucharon por convertirnos en un país libre, otros ,mientras se lograba lo primero, empezaron a urdir cómo se iban apoderando de las riquezas y convertirnos en una especie de libertos-esclavos.

Así se fueron organizando las clases dominantes que hasta hoy en día subsisten contra viento y marea. Es de advertir que en esos siglos NO habían inventado o descubierto el tráfico de las drogas pero si de otra índole. Ninguno de ellos se enriqueció trabajando. Eran pocos los delincuentes de cuello blanco pero existían.

Nació un líder nacional, una analogía de un nuevo libertador: Jorge Eliecer Gaitán. Fue tan importante su ascenso político  a través de las clases sociales que la oligarquía escuchó pisadas de animal grande y lo asesinó.

Seguir paso a paso lo que se ha venido desarrollando desde esa época hasta nuestros días es muy dispendioso, aun cuando SI muy conocido: las guerrillas y los enfrentamientos entre los dos partidos tradicionales; la dictadura y el robo de las elecciones a la Anapo; el Frente Nacional, desde que empezó  darse la alianza para robarse el país con la farsa de un acuerdo de paz entre liberales y conservadores.

La aparición de la nueva insurgencia: Farc, Eln, Epl etc., dio para atribuirle todos los males del país a éstos.  Los mismos asesinan a más de 3.000 miembros del partido de la Unión Patriótica, y como  réplica, crearon  las autodefensas para seguir matando y enriqueciéndose: la  reelección de Uribe Vélez fue una muestra más de la corrupción politiquera con el argumento de acabar con la enfermedad, en parte, del país: las Farc y sus afines. Después aparecen  las Bacrim.

Lleguemos a estos días: a los diálogos de paz. Todos los de la mano negra de la derecha, clasificación denunciada por el presidente con los de la izquierda, están en contra de los diálogos y como consecuencia de la opción de paz.

¿Cómo hacer para que la gente entienda todo este proceso histórico? Otro abuso más que continúa parcializando emocionalmente a los colombianos para ellos gobernar.

He recurrido a esta necesidad de exponer mi pensar sobre el asunto porque a muchos nos han chantajeado enfrentándonos a los unos con los otros. Ya es conocido y de recién ocurrencia que aquellos que no aplaudían al gobierno anterior los apodaban y perseguían  por terroristas y como medio efectivo se dieron las chuzadas.

Bueno, gracias a nuestro gobernante Juan Manuel Santos, esa persecución a la ciudadanía de bien está suspendida. NO se trata de que sigamos creyendo que los buenos son los unos y los malos los otros. Necesitamos es saber la verdad, que haya justicia y reparación. A los representantes del Estado de mala fe, los politiqueros, se les agota el espacio si llegamos a un acuerdo de paz.

Para el debido entendimiento, leamos las 2 cartas que adjunto y veremos cómo se plantean detalles de los cuales, posiblemente, no sabíamos.

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Carta Abierta de las FARC

Comando Central

Respetada Compatriota:

Gloria Gaitán Jaramillo.

 

Tener la ocasión de escribirle, me traslada al final de la década de los 80, para recordar el encuentro con usted, en una de estas montañas llenas de testimonios, de cuanto esfuerzo y sacrificio hemos hecho para conseguir la paz.

Ya en otra dimensión de la Vida, está el Comandante Manuel Pérez a quien tanto le apasionó el tema de la paz y con quien usted intercambio ampliamente.

Usted se entrevistó con nosotros, justamente para hablar de paz, de salidas dialogadas al conflicto y allí le manifestamos nuestro compromiso para ese objetivo, solo con una condición que es de conocimiento público: El ELN es una organización insurgente que ha sido y sigue siendo útil a la vida del país, razón por la cual al adentrarnos en un proceso de paz, no concebimos nuestra desaparición sino la inclusión en un proceso que reconstruya el país, supere la guerra y aborde un proceso que es complejo, para la superación del conflicto, que es ante todo social y de su gravedad surgió el conflicto armado, que también debe ser superado.

Bajo esta consideración, continuamos batallando por buscar la paz porque seguimos convencidos que aunque sea tan esquiva y difícil, es la salida mas sensata y que nos merecemos todos, luego de mas de medio siglo de guerra desde el poder, como usted lo afirma en su carta dirigida al presidente santos y los compañeros de las FARC, que tuvo la gentileza de enviarme copia, gesto que agradezco y me permito responderle.

Usted abre su carta refiriéndose a un tema que necesariamente nos lleva al delicado asunto de las Víctimas del conflicto, situación que ha estremecido la sociedad entera. El movimiento que ellas han creado, plantea la urgencia de la Verdad la Justicia y la reparación y el ELN considera que un proceso de paz serio requiere asumir esos tres componentes referidos a las víctima pero además, que ellas, como parte integral y sensible de la sociedad afectada por la guerra, tiene el derecho de plantear el diseño de la paz que requiere Colombia y dentro de ello lo referido a su pensamiento sobre una justicia, consecuente con lo ocurrido en esta guerra y de cara a la paz.

El Estado Colombiano, obligado constitucionalmente a velar por la honra y bienes de los ciudadanos, pasó de ser ese garante, a convertirse en el principal agresor y responsable, no solo de los mas atroces crímenes de lesa humanidad a lo largo de esta larga guerra y justamente, una de las páginas dolorosas usted las menciona en su carta referida a las matanzas acaecidas que con dolor de patria y valentía denunciara su padre, el dirigente popular Jorge Eliécer Gaitán.

Si usted doña Gloria, con toda razón, trae a nuestros días la denuncia contra el Estado y sus gobiernos desde 1946 por los atroces crímenes cometidos y la exacerbación de la violencia contra los luchadores populares, a ello hay que agregarle la larga cadena de crímenes de Estado desde entonces.

Entonces debemos preguntarnos si puede ser sensato que ahora los mismos herederos de ese Estado terrorista, deban ser los jueces que definan y apliquen justicia a quienes producto de esa guerra que desató el Estado contra el pueblo, se levantaron en armas para defender su vida y tener la posibilidad de luchar por la justicia y la paz.

El ELN, de profundas raíces gaitanistas y camilistas, desde la concepción de la lucha popular por la justicia, la democracia, la liberación nacional y la paz, se erigió además en los hombros de destacados líderes gaitanistas del momento y recibió el irrestricto apoyo del pueblo en dos bastiones gaitanistas, Barranca Bermeja y San Vicente de Chucuri para irradiarse luego en todo el territorio nacional.

Doña Gloria, hoy cuando se están abriendo las puestas de un proceso de paz, el ELN reivindica su llamado cuando afirma que: "La marcha victoriosa que adelantaba el pueblo en 1948, bajo la conducción de mi padre, debe retomarse por las vías cívicas en manos de los descendientes de los héroes que cayeron en aquella batalla por una Colombia equitativa y justa, proceso civilista que el Estado truncó y que generó, a la fuerza, el surgimiento de la lucha guerrillera”.

No hay duda que solo si el pueblo organizado y en lucha, encuentra los espacios para vincularse de manera decidida y plena al proceso de paz, este será exitoso. Pero además un proceso de paz en Colombia hoy, sin el protagonismo de los sectores populares y medios del país, es una caricatura de paz.

El proceso de paz que está en marcha es dispendioso, hay profundas desconfianzas entre las partes, además de grandes contradicciones en el tipo de paz de que estamos hablando, la activa presencia en el poder actual de corrientes retardatarias, y militaristas que siguen encarnando el Terrorismo de Estado, es una espada de Damocles que pende sobre el proceso de Paz.

Los constantes asesinatos de luchadores populares, defensores de Derechos Humanos y la suerte de los dignos que confiados en ofertas de paz de gobiernos anteriores fueron vilmente asesinados, ronda en la mente de los insurgentes y dirigentes populares; por ello solo la certeza de que esta vez esas dolorosas páginas no se repiten, pueden dar confianza.

Recibimos con profundo respeto y agradecimiento su disposición para que tengamos acceso a la documentación que usted menciona y no tenemos duda que ello constituye una poderosa herramienta referida a los trágicos sucesos de la violencia de la década de los años cuarenta, dignos de tenerse en cuenta en este proceso de paz y aquí hay que recordar aquella inocultable verdad de que “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”

Reconociendo en usted, una destacada luchadora por la paz y valorando que puede aportar mucho en este proceso que se está abriendo, deseamos mantener la comunicación y que el torrente por la paz que comienza a prender en las organizaciones sociales y populares, nos encuentre siempre dispuestos a las nuevas jornadas por la paz y el futuro que soñó el dirigente popular Jorge Eliecer Gaitán y que queremos y nos merecemos todos.

Con sentimientos de admiración y respeto:

! GAITÁN VIVE EN EL CORAZÓN DE LOS COLOMBIANOS HUMILDES!

Colombia para los trabajadores.

 

De cómo nació la guerrilla en Colombia

(Carta de Gloria Gaitan Jaramillo)

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Señor Presidente

JUAN MANUEL SANTOS

República de Colombia

Bogotá

 

Señor Comandante

RODRIGO LONDOÑO ECHEVERRI (Timoleón Jiménez)

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP)

A.D.S

 

Copia: Señor Comandante

NICOLAS RODRÍGUEZ BAUTISTA (Gabino)

Ejército de Liberación Nacional (ELN)

A.D.S

 

Ref.: DIÁLOGOS DE PAZ: el Estado ha de pedir perdón

 

Señor Presidente Santos, Señor Comandante Londoño Echeverri,

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He visto con preocupación la insistente afirmación por parte de diferentes sectores, tanto nacionales como internacionales, según la cual, como resultado de un posible acuerdo de paz, los comandantes de las FARC-EP deben ser judicializados negándoseles una amnistía integral. Se pretende así que, después de su potencial desmovilización, les sea vedado incorporarse de inmediato y plenamente a la vida política por vías legales y cívicas.

 

A mi entender, de imponerse esa tesis, será imposible lograr un acuerdo de paz, ya que la guerrilla – pienso yo – no va a dejar las armas con las que ahora busca la toma del poder para lograr una transformación del actual sistema, a cambio de una pena de cárcel que le daría fin a su parábola de lucha.

Como en derecho las cosas se deshacen como se hacen, pienso que en las mesas de diálogo el gobierno colombiano ha de reconocer que el conflicto que vivimos lo inició el Estado colombiano en 1946, [1] al haber desatado en aquel preciso momento el genocidio premeditado, sistemático y generalizado a las huestes gaitanistas, que avanzaban victoriosas hacia la conquista del poder bajo el liderazgo de mi padre Jorge Eliécer Gaitán.

Tengo toda la documentación probatoria, original y extensa, que hace de ese genocidio al Movimiento Gaitanista un delito de lesa humanidad que está al origen del conflicto.

Pongo a disposición del Gobierno Nacional, de las FARC-EP, del ELN y de los gobiernos que, como garantes, colaboran en el proceso, el siguiente material probatorio:

- 1º.- Los varios memoriales de agravios que, a partir de 1947, mi padre le envió al Presidente Ospina Pérez detallando los nombres de las víctimas a manos del Estado, con los lugares, las fechas y los delitos cometidos por las autoridades.

- 2º.- Las denuncias puntuales, con nombre de las víctimas, los lugares, las fechas y delitos cometidos por las autoridades, publicadas en el periódico Jornada, vocero del Movimiento Gaitanista, publicación que desapareció de la Biblioteca Nacional pero que, afortunadamente, mi familia conserva.

- 3º.- El archivo Gaitán, en el que mi familia guarda miles de cartas originales de denuncia, que a mi padre le enviaban sus partidarios indicando los nombres de las víctimas, los lugares, las fechas y el o los delitos cometidos por las autoridades.

- 4º.- Las pruebas de que el Jefe de la Policía de aquel entonces, el Coronel Virgilio Barco, contrató sicarios en la vereda de Chulavita para generar el conflicto; coronel cuyas fechorías también figuran en el expediente del asesinato de mi padre, desaparecido de los archivos oficiales, pero del cual mi familia conserva copia integral autenticada.

Premeditadamente a esos sicarios los enviaban a las veredas y municipios liberales y, al grito de “Viva el Partido Conservador”, sacrificaban liberales indefensos. Luego, los mismos sujetos, viajaban a las veredas y municipios conservadores para, al grito de “Viva el Partido Liberal”, arremeter contra la vida y los bienes de inocentes ciudadanos conservadores.

Mi padre recorrió el territorio nacional denunciando este maquiavélico montaje oficial, que buscaba encender la hoguera del odio entre compatriotas. En la colección del periódico Jornada, que mi familia guarda celosamente, se lee en el ejemplar del día 13 de abril de 1947: “Pueblo de todos los partidos: ¡os están engañando las oligarquías! Ellas crean deliberadamente el odio y el rencor a través de sus agentes, asesinando y persiguiendo a los humildes, mientras la sangre del pueblo les facilita la repartición de los beneficios económicos y políticos que genera tan monstruosa política”.

No habla mi padre, como han pretendido quienes quieren responsabilizar al pueblo de la Violencia de la mitad del siglo XX, que se trató de una guerra partidista. ¡No! En todas sus intervenciones, que pongo a su disposición, insistirá en que es una violencia oficial, desatada en forma premeditada, sistemática y generalizada por el Estado colombiano.

- 5º.- La lectura analítica de la Oración por la Paz, pronunciada por mi padre el 7 de febrero de 1948 en una Plaza de Bolívar desbordada por la multitud, con gentes que llegaron de toda Colombia, no deja duda de que mi padre señala a las autoridades como culpables de la persecución y asesinato de sus seguidores.

Nadie puede negar que, en esa intervención, mi padre sindica al Estado colombiano y al Gobierno presidido por Ospina Pérez, como responsables del derramamiento de sangre que, como bola de nieve, desembocó en el conflicto armado que hoy vivimos. Allí señaló con precisión, entre muchas otras acusaciones, lo siguiente:

“Señor Presidente Mariano Ospina Pérez: os pedimos que cese la persecución de las autoridades, así os lo pide esta inmensa muchedumbre. Os pedimos una pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se desarrollen por los cauces de la constitucionalidad”.

- 5º.- Mi familia pone igualmente a disposición del Señor Presidente de la República y de los comandantes de las FARC-EP y del ELN, las centenares de horas de grabación en video y audio que hizo mi hija María Valencia Gaitán, recorriendo en toda su extensión el territorio nacional, donde multitud de víctimas atestiguan que, después del asesinato de mi padre, la persecución violenta contra ellos, por ser sus partidarios, arreció y fue entonces cuando el pueblo se vio obligado a internarse en el monte para salvar sus vidas, armándose inicialmente de machetes y pistolas de fisto, siendo ésta persecución oficial el germen de las futuras guerrillas.

- 6º.- Inicialmente se organizaron guerrillas liberales que, traicionadas por la dirección ahora oligárquica del Partido Liberal - que pactó la desmovilización de la guerrilla para luego asesinar a sus comandantes – hizo que algunos de ellos acudieran al apoyo del Partido Comunista, que les mostró un nuevo camino diferente al de los partidos tradicionales.

- 7º.- El doctor Jorge Leyva es testigo de mi reunión en Casa Verde con los máximos líderes históricos de las FARC-EP. Allí, el líder paradigmático de esa guerrilla, el Comandante Manuel Marulanda Vélez, me contó cómo, al origen de su lucha guerrillera, estuvo el haberse visto obligado, junto con su familia y siendo aún adolescente, a internarse en el monte para proteger su vida, porque sus familiares eran Gaitanista. Es asunto que no se exhibe frecuentemente, por el rechazo que se le tiene, y es comprensible, al hecho de haber tenido como origen político al partido liberal que, una vez asesinado mi padre, los traicionó.

- 8º.- De igual manera el máximo dirigente del ELN, el comandante Gabino, a quien estoy enviando copia de esta carta, me contó personalmente en el campamento del Coce, que sus orígenes guerrilleros se remontan a la época en que tuvo que huir al monte con su familia, que era Gaitanista, para salvarse de la persecución de las autoridades.

Pongo este cuantioso acervo documental al servicio de los diálogos de paz, a fin de que se reconozca que fue el Estado el que desató el conflicto que se prolonga hasta nuestros días, como detalladamente - con pruebas irrefutables al canto - puedo demostrarlo, a fin de que el Estado pida perdón por este genocidio que ha quedado en la impunidad y que a los comandantes guerrilleros se les otorgue una amnistía integral, por ser la guerrilla consecuencia de la violencia y no su origen.

Mi padre no creía que a él lo asesinarían en el marco de ese genocidio. Al respecto decía: “La oligarquía colombiana no me mata, porque sabe que, si lo hace, el país se vuelca y pasarán muchos años antes de que las aguas regresen a su nivel normal”.

En 1998 traje a cuento esta frase de mi padre diciendo que, ya que en ese año se cumplían 50 años de su magnicidio, era tiempo de que las aguas regresaran a su nivel normal. Los periodistas mezclaron ambas frases y divulgaron una afirmación nunca hecha por mi padre, según la cual las aguas regresarían a su nivel normal pasados 50 años.

Hoy, pasados 65 años, todos los colombianos esperamos que ese regreso a la normalidad pueda alcanzarse ahora. El Estado, mediante genocidio, rompió el normal proceso democrático. Será necesario que la opinión pública comprenda que el conflicto se inició cuando el Estado pretendió abortar el triunfo popular, que ya era inevitable, con la elección de mi padre como Presidente de Colombia para las siguientes elecciones presidenciales de 1950, lo que representaba la llegada del pueblo al poder.

Estoy dispuesta, en el momento en que me lo indiquen, a aportar el extenso material probatorio ofrecido, que desde hace años mi familia guarda sigilosamente por haber sido perseguido por el Estado para su destrucción, como puedo demostrarlo, pruebas al canto. Primero fue por acción del entonces Ministro de Educación Rodrigo Lloreda, que logró que un agente suyo incinerara la mitad del Archivo Gaitán. Luego, por conjura protagonizada por el propio doctor Andrés Pastrana, en ese entonces Presidente de la República, por sentirse afectado directamente con las pruebas sobre el genocidio que contiene dicho archivo, ya que su padre, el doctor Misael Pastrana, fungía entonces como Secretario Privado del Presidente Mariano Ospina Pérez, bajo cuyo gobierno se dio inicio al genocidio. Por último, bajo la presidencia del doctor Álvaro Uribe, cuando las autoridades allanaron un depósito privado esperando encontrar el Archivo, logrando posteriormente confiscarme decenas de cartas que culpan al Estado del genocidio al Movimiento Gaitanista y que hoy están en manos del Ministerio de Educación.

La marcha victoriosa que adelantaba el pueblo en 1948, bajo la conducción de mi padre, debe retomarse por las vías cívicas en manos de los descendientes de los héroes que cayeron en aquella batalla por una Colombia equitativa y justa, proceso civilista que el Estado truncó y que generó, a la fuerza, el surgimiento de la lucha guerrillera. Es por ello que los comandantes guerrilleros no pueden ser judicializados, sino que deben ser acreedores a una amnistía general.

Quedo, entonces, a la espera de cualquier manifestación que se me haga, por cualquiera de las partes, para aportar las pruebas relacionadas. Atentamente,

GLORIA GAITÁN JARAMILLO

c.c. 20’144.757 de Bogotá

Correo-e: gaitanjaramillogloria

Bogotá, D.C.

COLOMBIA

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