Édgar Victoria González

09.08.2012 05:17

 

El talante en el desempeño de su cargo del Procurador General de la Nación, ALEJANDRO ORDOÑEZ MAL-DONADO, es incuestionablemente: abusivo, indigno, arbitrario, despótico, imperioso, desmedido, inmoderado.

Lo que dice y hace, siempre, es de acuerdo con su formación emocional, ideológica y apasionada sin ceñirse, como debe ser, a los ideales filosóficos de la Constitución y la Ley.

Ese cabecilla de la extrema derecha actúa violando la justicia, la equidad, imparcialidad, probidad que le impone un Estado social de derecho. Su manera de proceder nos recuerda a los jerarcas de la época de la inquisición que tenían la facultad de imponer el castigo de la  hoguera a sus víctimas.

Este duplicado de la moralidad aspira y anda en campaña para que lo reelijan. Ironizar al señor Alcalde de Bogotá por la propuesta que ha hecho para tratar a los droga-adictos diciendo que Petro se la fumó “verde”, le quedaría bien al payaso ya fallecido “Bebe”, pero no al representante de la sociedad quien podría dar muestras de seriedad y prudencia. Dicen que Petro se la fumó pero cuando votó por él para Procurador.

Entre las varias funciones que le impone al Procurador, el artículo 277 de la Constitución, están: “Vigilar el cumplimiento de la Constitución, las Leyes, las decisiones judiciales y los actos administrativos”…  Mas NO los mandatos religiosos, morales ni políticos.

Recurramos a las redes sociales para exigirle al  Congreso que NO lo reelija, y a la Corte Suprema de Justicia que lo investigue.

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