Édgar Victoria González

08.12.2012 10:31

 

Garla de loros al aire

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Este sábado ocho en la mañana, no podía dar crédito a lo que oía en la radio: el periodista le preguntaba al entrevistado… Por qué a los pensionados no se les aumentaba la mesada acorde con el incremento del salario mínimo…

 Y la ‘BELLEZA’ (por no decirle lo que estoy pensando), respondió que porque los PENSIONADOS  no trabajábamos, y al trabajador se le pagaba PRODUCTIVIDAD,  y que por eso, como LOS PENSIONADOS solo comíamos, entonces aumentaban de acuerdo al Índice del Precio al Consumidor (IPC). Y dio este otro ejemplo: mire usted,  si la alimentación del pensionado costó en el año 2012 cien pesos mensuales ($100), y el IPC  fue de 2%, entonces al pensionado se le daría mensualmente, para el 2013, la suma de $102.  

¿Acaso ese Imbécil cree que los pensionados no tenemos más obligaciones, sino comer? ¿Acaso cree que uno, una vez pensionado, lo único que hace es comer y dormir, sin más obligaciones económicas?

¿Cree que, por ser pensionados, no tenemos derecho a tener un carro y echarle gasolina; que una vez pensionados quedamos exonerados de impuestos prediales, de vehículos, de valorización?

O, según el ‘GENIO’, tampoco tenemos que pagar servicios públicos y que, al quedar pensionados, el Estado nos paga todo lo demás.

Por el contrario, ese bendito Estado, que pasa a ser nuestro nuevo patrón, ni siquiera nos paga el 8% de  SALUD y por el contrario, nos quería gravar con el 16 % la medicina prepagada que nos toca pagar porque las EPS, después de hacer una cola inmensa  desde las 4 de la mañana, nos dan la cita para uno o dos meses después, cuando nos receta el médico ( ni siquiera nos ve, pues, está clavado mirando el computador). NO NOS DAN LOS MEDICAMENTOS FORMULADOS SINO UNAS AGUADEPANELAS QUE NO SIRVEN PARA NADA.

Qué lástima que el periodista  no le hubiera cuestionado la respuesta y le hubiera hecho  todas estas preguntas que ahora me hago yo públicamente.

No, tanto el entrevistado como el entrevistador están en el mercado laboral activo y, parece que no tienen ni tuvieron papá y mamá, por eso, al primero le parece simple que a los viejos, los pocos que logramos una pensión, apenas nos reconozcan el derecho a la alimentación; y al entrevistador, frente a semejante adefesio, no le interesó profundizar en el tema.

Es evidente que, ni el primero sabe lo que dice ni el segundo sabe lo que hace.

 

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