Dime con quién andas...

07.08.2012 01:22

 

Santos es el Presidente de la República de Colombia, y no una mala réplica de entrenador de equipo de futbol, en donde los jugadores se quedan si son buenos o se van si son malos.

Por eso es inexcusable que el Presidente le responda a los medios de comunicación que la decisión de que el ministro de Transporte (Miguel Peñalosa) “se quede o se vaya, está en manos de la Procuraduría”.

¿Qué tal esa? ¿O sea que el Presidente de la República está nombrando a sus principales colaboradores a la topa tolondra? No me vengan a decir que un Presidente no tiene un mecanismo de información suficientemente amplio y confiable para saber en un momento dado a quién nombra. Es lo mínimo que se le puede pedir al más inexperto jefe de personal de cualquier incipiente empresa.

En nombre de todos los electores de este país, no se puede aceptar eso como excusa de un Presidente que va por mitad de camino y ya tiene el sol a las espaldas.

Inclusive resulta comprensible que un funcionario público “se tuerza” una vez nominado, por aquello de que “humanos somos”…

Vean: toda comparación es odiosa, y ésta más… Podría apostarse con buena probabilidad de acertar que ninguno de los torcidos funcionarios de Uribe que ahora andan entre rejas, o sacándole el bulto a la cárcel, llegaron a los cargos a hacer lo que hicieron en contra de la ley. Es casi seguro que fueron inducidos por el Número Uno, como dijeron en su momento ante los estrados judiciales varios de los paramilitares extraditados, sin que hasta el momento hayamos podido traer de lo tácito a lo concreto ese conocidísimo Número Uno.

Por eso, que un Presidente de Estado nombre un ministro al que pocos días después le descubren que tiene una empresa de familia (PyG) con cerca de 1.700 contratos con la nación, es un exabrupto imperdonable si lo nombró él, y si se lo impusieron, también.

¿O sea que, para el caso, tiene más capacidad de información confidencial el cuerpo investigativo del periodista de Semana, Daniel Coronel, que el Estado colombiano, todo al servicio del Presidente?

No, rotundamente no. El Presidente tenía que saber quién era Miguel Peñalosa y, precisamente, por saberlo, fue que lo nombró. Eso lo hace el Presidente de la República y cualquier otro “Patrón” (ahora que está tan de moda el epíteto): nombrar a las personas porque se sabe lo que son y, por tanto, de qué pueden servir.

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Fin de folio: Ahora que le andan haciendo balance de mitaca a Santos, pudiéramos filosofar con el docto vulgo en esto que dice: "Dime con quién andas y te diré quién eres”…

 

 

 

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