DICIENDO Y HACIENDO...

25.06.2019 11:51

Pensando con el deseo

Los jóvenes entre los 18 y 24 años pueden ser determinantes en las elecciones regionales de este año (octubre) y nacionales del 2022

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Editorial REDGES

Octavio Quintero

Director

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Según la más reciente encuesta de YanHaas (junio 20/19), la mala imagen del Gobierno arroja una desaprobación del 81% entre los jóvenes de 18 a 24 años. ¡Eso es mucho!: que solo el 19% de la población universitaria, o la que está entrando al mercado laboral, esté viendo el país a la deriva, es muy desalentador.

La población joven, entre 18 y 24 años, se calcula en 4,5 millones que, sobre una participación electoral promedio del 60%, arrojaría un potencial políticamente activo de 2 millones, 700.000 personas, presumiblemente dispuestas a votar en contra del Gobierno en las próximas elecciones.

Pero las cosas, y más en política, no son tan lineales como se puedan deducir de encuestas que, de por sí, tienen sesgos evidentes, intencionales o no.

Capitalizar esa fuerza electoral de jóvenes inconformes con las cosas como van, tiene tantas variables que, a mano alzada, solo se puede pronosticar con el deseo… Y qué bueno fuera que, esos más de dos millones de jóvenes pasaran de manifestar, - ‘no me gusta el Gobierno’, a buscar alternativas dentro de la democracia.

Pero, una cosa son las elecciones nacionales y otra las regionales. Debemos asumir que el descontento con Duque no necesariamente se traslada al descontento con el alcalde de mi pueblo o al gobernador de mi departamento, sean ellos o no gobiernistas o de oposición. Podría ser que, en medio de un Gobierno central de tan baja imagen popular, se ratificara en lo local su ideología nacional.

No solo es posible, sino previsible, dado el alto grado de corrupción que ensucia el ejercicio de la política en Colombia. Miren, no más, las evidencias casi irrefutables de dineros filtrados por Odebrecht y Cemex a las campañas presidenciales del 2010 y el 2014, y que no avanzan en las instancias investigativas porque, tanto el Consejo Electoral, como la Fiscalía y la Procuraduría, operan a la carta.

Si tal grado de impunidad electoral se da a nivel nacional, donde los reflectores de los medios a veces se prenden, dependiendo de la intensidad del plus político que aplican, ¿qué no esperar de la corrupción política local donde la mayoría de medios alternativos, por no decir todos, son manipulados publicitariamente por los alcaldes y gobernadores?

Pero, bueno, algo de cambio habrá que esperar al final de estas elecciones, porque las redes sociales están supliendo la información que antes llegaba filtrada o no llegaba al conocimiento de la opinión pública. No es fácil capitalizar la mala imagen del Presidente, en lo local, por lo visto atrás. Pero, si la inconformidad con el Gobierno sumada a la oposición política, que son dos cosas distintas, hacen clic, podríamos empezar a desbrozar el camino del cambio y ver que, efectivamente, el viral hashtag de… #NoLeTengoMiedoAUribe, pasa de las redes sociales a las urnas.

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