CONGRESO DE CHANTAJISTAS

07.02.2015 06:55

No hacen nada y fuera de eso anuncian paro legislativo

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Editorial El Satélite

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El trabajo legislativo parece ser una actividad de interés público como la prestación de los servicios considerados públicos como justicia y transporte, por ejemplo. Y tan es así que el propio presidente del Congreso, José David Name, acaba de apelar al reglamento para prenegar el permito a los senadores y representantes del Centro Democrático que se disponen a llevar al exterior su pregón contra las negociaciones de paz que se adelantan en la Mesa de la Habana.
 
Parece tan servicio público esencial la actividad legislativa que, según los artículos 83 y 90 del reglamento del Congreso, determinan que en días de plenaria y de trabajo de las comisiones económicas para efectos de evaluar el Plan Nacional de Desarrollo, ningún congresista, salvo fuerza mayor o permiso expreso, se puede ausentar del país.
 
El asunto es que las huelgas en los servicios públicos están prohibidas por el Código laboral, y quienes infringen la norma son drásticamente sancionados, no solo económicamente descontándoles los días en huelga o despidiéndoles del trabajo.
 
Pues, los congresistas costeños anuncian públicamente, y a través del propio presidente del Congreso, que no van a estudiar el Plan Nacional de Desarrollo hasta que no haya una decisión al aumento del gas en la costa Caribe. Es decir, podría decirse que han decretado un paro legislativo.
 
Es una actitud de corte regional parecida a la que en masa asumió todo el Congreso (senadores y representantes), con mucho éxito, cuando también hicieron paro legislativo, presionando al gobierno para que les restituyera las  bonificaciones y primas laborales declaradas inconstitucionales mediante sentencia del Consejo de Estado.
 
Pero si no se considera de interés público el trabajo legislativo, al fin y al cabo poco hacen y lo poco que hacen lo hacen en contra del interés general, en su actitud queda envuelto el delito de chantaje o extorsión: “presión que, mediante amenazas se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido”, dice el Código Penal.
 
Una cosa es constituir grupos de presión para alcanzar fines determinados… Es la constante en esta lucha de lobos que vislumbró Plauto, 250 años antes del nacimiento de Jesús. Grupos de presión son los gremios económicos y las centrales obreras. Pero cuando estos grupos de presión sobrepasan la frontera del chantaje y la extorsión, ahí es donde pisan el terreno de lo prohibido.

 

El gobierno debiera obrar en consecuencia, bueno, si es que este gobierno tiene el sentido de la consecuencia para gobernar. Pero resulta inconcebible, inaceptable y de peligrosa tendencia mafiosa que públicamente los parlamentarios costeños, con su presidente del Congreso a la cabeza, anuncien que no estudiarán el Plan Nacional de Desarrollo hasta que no haya una decisión a su favor sobre los precios del gas en la costa Caribe. ¿No les parece?

 

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