Chávez, entre amigos

05.04.2012 04:49

Introito: Puede que la carta (que sigue a continuación) sea un  invento que, no obstante, interpreta bien el personaje desempeñado por la señora Condoleezza Rice durante su gestión en la administración Bush. Y la respuesta, esa sí de buena fuente, contentiva de unos asertos que vienen bien a quienes con el paso del tiempo y el abrazo de la época consumista, han olvidado ese aserto que establece que lo florido o frondoso  del árbol que se ve por fuera,  proviene de sus raíces que van por dentro.

Octavio Quintero

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Presentación

Un par de amigos cruzaron lanzas sobre una supuesta carta que la exsecretaria de Estado, Condoleezza Rice, le dirigió a Chávez en respuesta a las tantas ironías que el mandatario venezolano le dispensó cuando ella estaba en la cumbre del Pentágono.

El primer amigo (Afectuosamente llamado “fercho”) le dice al segundo (Orlando López) que la carta de la Condoleezza es un “garrotazo a Chávez”, y se desparrama en elogios como estos:

“Vale la pena leerla, es digna de un aplauso. Que linda, valiente, veraz y expresiva carta que escribe la ex- Ministra de Bush, Condoleezza Rice. No dejen de leerla hasta el final.  Es desigual la lucha de la inteligencia con la brutalidad, con las mejores palabras lo volvió añicos. Esto si se llama clase, calidad como persona, cultura, sabiduría”.

La carta

Sr. Presidente Chávez: Había estado esperando mi salida del gobierno, a que transcurriese un tiempo prudencial para enviarle esta misiva. Aunque desde el punto de vista geopolítico sus expresiones desconsideradas contra mi persona fueron deleznables, por lo cual no fueron respondidas oficialmente, no puedo negar que me produjeron malestar. Ningún ser humano puede dejar de molestarse cuando alguien se refiere a él o ella en términos procaces y desconsiderados. En el caso que nos ocupa ello estaba magnificado por el hecho de que: (1) usted era el presidente de un país con el cual mi país tiene relaciones diplomáticas; (2), usted violó el viejo dicho español que reza: “a la mujer, ni con el pétalo de una rosa” y, (3), sus comentarios tenían un componente racista que en mi país es ya definido como “políticamente incorrecto”, pero que usted aún practica con entera impunidad en el suyo.

 Se refirió usted a mi escasa cultura y a una pretendida atracción que yo sentiría por usted. En primer lugar, debo decirle que anoche tuve el honor de tocar con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia, como solista, el concierto número 20 para piano de Wolfang Amadeus Mozart, K.466 (¿sabe usted el significado de K? No lo creo). Soy una de las más destacadas concertistas no-profesionales de los Estados Unidos. Estudié piano al mismo tiempo que me graduaba de politóloga en la Universidad de Denver. Y usted, Sr. Chávez? Me dicen que aparte de haber sido un estudiante mediocre de la Escuela Militar de Venezuela, aparentemente el refugio de quienes no dan la talla en la universidad, usted no tuvo otra educación formal. Parece ser que ello es la razón por la cual insiste en que 8x7=52 y que el hombre llegó al planeta Tierra hace 2000 años. Sin olvidar que su ortografía parece dejar bastante que desear. Sus pomposas citas son cursilonas y con frecuencia inexactas. Fíjese que solo es ahora que le digo esto, ya que jamás le hubiera echado a usted en cara su incultura y patanería, a no haber mediado su agresión a mi persona.

 En segundo lugar, no creo que sentiría atracción por alguien como usted. No me refiero a su aspecto físico, el cual ciertamente no es de concurso sino, digamos, simplemente sub-standard. Me refiero a sus maneras, a la pobre calidad de su lenguaje y a la agresividad que muestra hacia el sexo femenino. Estoy informada de su manera de tratar a su ex-esposa, hasta en público, de sus ofertas machistas por televisión acerca de ‘darle lo suyo” y de la violencia que usted utilizó contra las mujeres con quienes tuvo relación en el pasado. Afortunadamente hoy no se le conoce relación con fémina alguna, excepto alguna que otra zalamería ocasional hecha a algún travestís brasileño. Por ello no podría sentir atractivo alguno por alguien que, más bien, me causa repulsión. Tampoco me sentiría muy a gusto con alguno de sus acólitos, llámese Cabello o Istúriz, apenas marginalmente más aceptables.

 Usted se mofó de mi nombre, Condoleezza, relacionándolo con condolencias y tristeza. No es tal cosa, Sr. Chávez. Mi nombre es derivado de la expresión musical italiana “con dolcezza”, es decir, con dulzura. Se lo explico porque es evidente que sin esa explicación usted no tendría la menor idea de su verdadero significado. Los idiomas no son su fuerte, como lo recuerdo bien de su intento de insultar al Presidente Bush en una curiosa versión del idioma Inglés, algo que sonaba como “iu ar a donki”. He tenido la suerte de llegar a los más altos niveles del gobierno de mi país debido a mi formación intelectual. No me hice notoria liderando un golpe de estado sangriento que dejó más de 200 venezolanos muertos, algo de lo cual usted se ha jactado, al decir “yo si estuve en un golpe, echando plomo de verdad”. En mi país generalmente (hay excepciones) la gente intelectualmente sólida entra al gobierno buscando reconocimiento y no tiene necesidad de robar. Entiendo que en regímenes como el suyo, ustedes llegan al poder sin muchas credenciales intelectuales y lo usan para enriquecerse o, como dicen algunos, “para comer completo”. Fíjese que no compartimos filosofías de la vida y que mientras yo toco a Mozart con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia usted canta rancheras mexicanas a capela, es decir, a palo seco. Mientras yo doy conferencias en las universidades usted cuenta sus peripecias peristálticas, sus retortijones en un túnel.

Bien, creo haber puesto las cosas en su sitio. Usted ha elegido su camino, junto a los estados forajidos y grupos terroristas y narcotraficantes del planeta. Esa ha sido su decisión. Pero ella lleva consigo responsabilidad indelegable. Usted ha podido ser un discípulo de Mandela y eligió ser un discípulo de Mugabe. Ha podido sentirse orgulloso de José María Vargas y decidió sentirse orgulloso de Ezequiél Zamora. Usted eligió su camino. Su régimen terminará, como decía T.S. Eliot (un poeta de mi país, Sr. Chávez) acerca del fin del universo: “no con una conmoción sino con un susurro”. ¡No tendrá donde esconderse!

(Traducción y Versión libre de Gustavo Coronel)

Respuesta del amigo

Orlando López

orlandolopezdegarcia@msn.com

Estimado Fercho: no me parece digna de aplauso la carta de la arrogante Condoleeza, que mira a Chavez con el enfoque que los redneck por orígen o por asimilación, le dan a todo lo que sea hispano o "pig".

 La señora que olvidó, hace mucho tiempo, que pertenece a la cultura "niger", de la cual debería estar orgullosa, se ha distinguido siempre por no pensar como los de su raza. Se precia de haber tocado en la sinfónica, de interpretar a Mozart, mientras desconoce que en su paso por el gobierno no hizo mucho por los ghettos, por los barrios de miseria y drogadicción que abundan en USA  suministran  el 80% de la población carcelaria del país, con una gran mayoría  de esencia afro.

 Le apuesto a que Condoleeza ( con dolcezza) como dice ella, en lo máximo de la arrogancia, no le gustan los nombres   que usan en Nueva Orleans, en Georgia, en la Florida, los descendientes de  sus antepasados.

 Que Chávez es un hombre enterado y culto, no se puede negar. Con seguridad no ha tenido tiempo de tocar en ninguna sinfónica porque la vida de los militares no da para eso. Que le gustan las rancheras, si, por supuesto. Que a ella no le deben gustar los cantos de los negros se da por descontado.

 ¿A cuántos de los miembros de las oligarquías,  cultos en extremo, les gustan las rancheras? ¿Eso es motivo de vergüenza? Pero claro, las rancheras no son compuestas por Mozart sino por hispanos.

 "Bien, creo haber puesto las cosas en su sitio. Usted ha elegido su camino, junto a los estados forajidos y grupos terroristas y narcotraficantes del planeta"…

¿Y de los narcotraficantes de aquí, de Estados Unidos que dice Condo? ¿Y de los 40 o más millones de viciosos, y de las instituciones bancarias que guardan el fruto del maldito negocio que nos montaron? Aquí cabe en todo su significado la pregunta de quién es más culpable, más forajido, más narcotraficante, ¿el que peca por la paga del narcotráfico o el que paga por pecar con el producto del mismo?

 ¿El hecho de ser el destino final del narco negocio no convierte  a USA también en un estado Forajido?

 Y hasta se convierte en arúspice la señora Rice al decir : el régimen se acabará no con una conmoción sino con un susurro”.  ¡ No tendrá donde esconderse!

 

¿Hará referencia ella a Nagasaki o Hiroshima donde un susurro letal segó miles y miles de vidas, porque los habitantes de esas ciudades no tuvieron donde refugiarse ?

 Fercho: yo creo que esa carta no la escribió Condo sino que es una versión mejorada y delirante de  Gustavo Coronel, el supuesto traductor.

Y para terminar, Fercho: ¿Cuantos guerreros que llegaron a liberar sus naciones  tenían el altísimo nivel de Condo que les permitiera interpretar a Mozart?  ¿Cuántos de los que aquí llaman Padres Fundadores - como Lincoln - eran tan cultos como Condo?

 Ni siquiera el ignorante con el cual ella gobernó  que afirmaba que todas las importaciones a su país provenían del exterior.

 

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