Armando Cardona Cataño

22.04.2012 04:32

 

El conejo sexual estremece seguridad de Estados Unidos

-

Ni un alarido de Hugo Chávez contra Estados Unidos, ni la extravagancia de Fidel Castro cuando se mofó de la supuesta guayabera que iba a utilizar el Presidente Barack  Obana en la VI cumbre  de las Américas  en Cartagena,   ni las ausencias de Daniel Ortega y Rafael Correa, presidentes de Nicaragua y Ecuador,  ni  la recurrente propuesta de gobernantes de este Continente en relación con la legalización de  la droga, ni  el reclamo argentino en torno a la propiedad de las Islas Malvinas, han derramado tanta tinta   como “el conejo”  que  pretendió amarrarle un agente secreto, muy cercano al anillo de seguridad del mandatario norteamericana, a  una mesalina colombiana.

 

El interés periodístico ha sido de tal magnitud, que medios de comunicación no solo norteamericanos, sino de todo el Mundo, se  ocupan del caso profusamente, y varios de ellos  han desplazado periodistas para el cubrimiento de esta noticia. El diario The New York Post publica en su edición del pasado 20 de Abril mediante servicio de la Agencia EFE, detalles desconocidos en Colombia del referido conejo sexual, a tal punto que tiene ya identificada la chica de vida lúbrica con su nombre y apellidos, que tiene 24 años, que es madre soltera y que es oriunda de San Andrés ( Isla colombiana en el Atlántico ) y detalla que el convenio entre el agente secreto y ella, se tasó en  800 dólares, pero que este al final de la noche de pasión, le salió con 30, lo que desató su irá para hacer el escándalo que ahora la da la vuelta noticiosa al mundo, al mejor estilo de Berluskoni.

 

Pero este escándalo ha tomado otros giros, no tanto inesperados, sino dimensionados por los sectores de oposición en los Estados Unidos que están aprovechándolo para ganar dividendos políticos, especialmente el Partido Republicano con miras a las próximas elecciones  presidenciales, en desmedro de la candidatura demócrata en cabeza de Obana.

 

Entre tanto el gobierno Colombiano  ha tenido que ponerle la cara a la escalada publicitaria que ha comenzado, y que promociona  ya la ciudad de Cartagena como un  santuario sexual en donde la belleza y la lujuria, satisfacen a los más exigentes  gladiadores  de alcoba. Por ello  ha expedido una enérgica declaración por medio de la cual le exige a la empres de aviación norteamericana Spirit  Airlines retirar de inmediato de su página web el aviso comercial que muestra a Cartagena con la imagen de un supuesto funcionario del servicio secreto americano con chicas en ropas ligeras y  con la leyenda “pago por adelantado” y lo que llevó el Ministro de Industria Comercio y Turismo  Sergio Díaz Granados a afirmar “que este tipo de publicidad subliminal es, por decir lo menos, inapropiada e indecorosa”.

 

El caso no terminará ahí, porque la morbosidad   universal tendrá en cuenta este hecho y pondrá en su agenda turística un recorrido no solo por las hermosas playas  que tiene Cartagena sobre el  Atlántico, incluyendo sus históricas murallas y su clima, sino por los bares en donde las chicas del oficio ofrecen sus afectos.

 

Los escándalos sexuales han generado a lo largo de la historia toda clase análisis y comentarios, entre los cuales cabe recordar los recientes del bunga bunga de Silvio Berlusconi en pleno ejercicio del poder en Italia  y que sigue dando pábulo a escritores y periodistas para que se ocupen del tema, desde diferentes enfoques, llámense moralistas,  políticos y sociológicos, a los cuales hay que agregar, en el inventarios de los hechos recientes,  los originados en la pederastia que ha puesto a la Iglesia Católica en calzas prietas. Sin dejar de lado el caso de Mónica Lewinsky, las excentricidades de  Gadaffi, las ofrendas femeninas de los subalternos del Generalísimo Rafael   Leonidas Trujillo en la República Dominicana, las nueras de Felipe el Hermoso, Rey de Francia y hasta la subyugante historia de Marylin Monroe.

 

Pero el caso de los once agentes secretos del Presidente de los Estados Unidos que estuvieron en Colombia, y quienes de acuerdo con señalamientos dentro del Pentágono fueron los actores de las noche de rumba en Cartagena, es un simple agregado de lo que esta actividad está agitando tanto en lo político como en lo noticioso, porque aun falta mucha tinta por derramarse en torno a este caso que ha sacudido las entrañas políticas de los Estados Unidos , porque habrá que esperar el debate anunciado en el congreso de ese país, por ser un hecho  de seguridad estatal, grave.

 

El término amarrar o poner conejo en Colombia es referido a quien no paga un servicio. En el gremio de las chicas de vida licenciosa en sus casas de comercio, solían tener el listado de los conejeros frecuentes  que acudían a estos sitios en demanda de amor, pero sin pagar. Alguien muy bien vestido, de sobrero marca Montecristo,  y lociones “tumbalocas” en  una “reputada” casa de amor  y quien siempre acudía a este recurso, se le conocía como el  Doctor Conejo. Tras  ser identificado,  se vio obligado a pagar anticipadamente para que pudiera entrar al himeneo.

 

 A los agentes  de seguridad del Presidente Obama, la lección les quedó clara: hay que pagar primero, hagan o no hagan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—————

Volver