APUNTES PARA UN DISCURSO DE PAZ SOCIAL

29.08.2016 10:28

 

Análisis El Satélite/Octavio Quintero

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Si hacemos pasar el tema de la paz por el tema laboral, entonces se deben acometerse tres temas que están en la agenda de los trabajadores y de los pensionados como asuntos de su mayor preocupación:
1).- La tercerización laboral
2).- Los autopréstamos
3).- La reducción de los aportes obligatorios a salud de los pensionados.
 
Si el discurso de la paz interrelacionado con la problemática laboral no solo es político sino social, como debe ser su primer enfoque, entonces debiéramos esperar de la ministra de Trabajo, Clara López, una respuesta puntual a los tres temas señalados arriba.
 
Declaración multisindical
Hace un mes (28 y 29 de julio) se llevó a cabo en Bogotá un encuentro nacional contra la tercerización laboral, auspiciado por las centrales obreras CUT y CTC con participación de federaciones internacionales sindicales y centros de apoyo como Cedetrabajo (Centro de Estudios del Trabajo), Cajar (Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo) y ENS (Escuela Nacional Sindical).
 
Se emitió al cabo del encuentro una “declaración política” que en un solo párrafo resume toda la persecución social emprendida por los distintos gobiernos, desde el inmarcesible César Gaviria, hoy jefe del SÍ al plebiscito.
 
Ese párrafo dice:
“La tercerización laboral se ha convertido en el instrumento principal del gobierno y los empresarios para profundizar el proceso de precarización del trabajo dentro de la aplicación del modelo neoliberal…  Las reformas laborales impuestas, como la Ley 50 de 1990, el decreto 789 de 2002, el acto legislativo 01 de 2005 y el Decreto 583 de 2016, se han encaminado a profundizar formas indebidas de contratación laboral, las cuales se han constituido en el más grave de los obstáculos para el empleo decente y para ejercer los derechos de asociación sindical, de negociación colectiva y huelga”.
 
Los autopréstamos
Los pensionados de fondos privados sí que están ‘orejones’ con eso del decreto 1385 de junio del 2015 mediante el cual se autorizó a las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones ) para que utilicen los recursos de sus afiliados para ser prestados a su matriz, filiales o subsidiarias, o sea a sus propietarios en clásicos autopréstamos, una figura financiera prohibida y condenada en Colombia en el famoso proceso que se desarrolló contra el banquero más poderoso en su momento: Jaime Michelsen Uribe.
 
Reducción de aportes a salud
Los pensionados, pero ahora los del régimen de prima media, lucen extenuados (ojalá que no) a lo largo de una lucha emprendida hace años en pro de su reivindicación social, y concretamente contra la injusta carga que se les impuso de tener que asumir, una vez retirados, la doble condición de trabajadores y patronos de sí mismos, curiosa figura que les impone un doble aporte a salud: el 8% como patrón y el 4% como trabajador.
 
En la campaña del 2014 por su reelección, el presidente Santos dijo públicamente que iba a apoyar su causa. No solo no lo ha hecho sino que ha colocado a su nefasto ministro de Hacienda, como su escudero para escurrirle el bulto a la solemne promesa electoral, ¿o electorera?
 
La abnegada dedicación de la ministra Clara López a promover el SÍ al plebiscito desde la perspectiva laboral, debiera incluir estos tres temas que hacen parte, como se dice atrás, de la agenda más inmediata de preocupación de la clase obrera. Al menos, debiera enviarles señales a los trabajadores qué piensa al respecto, sin ningún temor, como lo hizo el vicepresidente Vargas Lleras en el caso de la justicia transicional contemplada en los acuerdos con las Farc-EP.
 
Pero además, teniendo en cuenta algo más sustancial e incontrovertible: paz y neoliberalismo en Colombia son incompatibles*. Por eso resulta una ofensa al sentido común que el presidente Santos haya convertido al expresidente Gaviria en adalid de la paz, el presidente que en 1990-1994 con su engañosa consigna de “bienvenidos al futuro”, abrió la tronera social con leyes como la 50 (reforma laboral) y la 100 (privatización de la salud), secundado desde el Congreso por el entonces senador, Álvaro Uribe… Y verlos ahora dizque chocando espadas de paz y guerra en medio del plebiscito.
 
Aludiendo a Hegel, quien dice que “todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces”, Marx le acota: “se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa”. ¡Colombia es buen ejemplo!
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*Fin de folio.- Aclaración: “Paz y neoliberalismo son incompatibles”, quiere decir que meterle neoliberalismo a un país en guerra es como tirarle gasolina al fuego.

 

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