Al pan, pan…

“El corrupto es Sarmiento”: así de simple y fría fue la afirmación del exsuperintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo

En el debate de, Semana en vivo, en TV Cable, anoche 29 de julio, sobre el emblemático escándalo de corrupción Odebrecht-Ruta del Sol II, dirigido por la columnista, María Jimena Duzán, en el que también estaban los analistas, Jorge Enrique Robledo (senador), Cecilia Álvarez (exministra) y, Luis Guillermo Vélez (exjefe jurídico de la Presidencia), el ex Superindustria agregó: “Está probado hasta la saciedad que Sarmiento es un corrupto”.

Decir Odebrecht y corrupción ya son sinónimos en el continente americano por su larga duración en la parrilla de los medios convencionales y alternativos de comunicación, y, por ende, en las agendas de los funcionarios públicos de alto rango y  analistas y políticos de la oposición. Cobra intensidad por estos días en Colombia, ante la posibilidad, increíble para la opinión pública, de que el Estado tenga ahora que pagarles a los bancos de Sarmiento Angulo, “terceros de buena fe”, dice la ministra de Transporte, la plata que le prestaron a él mismo, en asocio con Odebrecht, para financiar las obras de la Ruta del Sol, adelantadas en más de la mitad, cuando estalló el escándalo.

Entre paréntesis, el caso Odebrecht también está sirviendo, paradójicamente, de parámetro de buen gobierno, pues, frecuentemente se pregunta en el país por qué la investigación no ha avanzado cuando en otros países ya tienen en la cárcel a exministros, exvicepresidentes y expresidentes, uno de ellos, Alán García, del Perú, prefirió suicidarse antes que afrontar el debate ahí sí, como dicen, en vivo y en directo.

La respuesta, no por lo sabida ya, sino por el momento y el medio de comunicación, también se dio anoche: porque donde dejen salir los espíritus de esa caja, salpicarían a gente muy importante de este país como los expresidentes Uribe y Santos, el actual presidente Duque, sus equipos de gobierno, influyentes y prestigiosos miembros del Congreso; influyentes y prestigiosos jueces y magistrados y, por supuesto, al hombre más rico de Colombia, al dueño del 40% de la banca nacional, el ya tantas veces mencionado, Sarmiento Angulo.

Y volviendo al principio, el exsuperintendente PF Robledo, suelta la bomba de la noche:

“… Otro tema que es indignante: acá estamos hablando de la corrupción de Odebrecht y es la corrupción de Odebrecht y Sarmiento Angulo. Está probado hasta la saciedad: por la investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio, por el juez penal que condenó a 11 años de prisión al señor, José Elías Melo, que era el presidente de Corficolombiana, está probada por la sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que las coimas sí fueron conocidas y pagadas por compañías del Grupo Aval. Aquí estamos hablando de dos empresas corruptas: Odebrecht y Sarmiento Angulo. No está solamente probado el hecho de que Sarmiento sea socio de un corrupto. No, es que lo que está probado hasta la saciedad es que Sarmiento es un corrupto”.

Así de sencillo, podríamos agregar. Y la llegada de Martínez Neira a la cabeza de la Fiscalía General de la Nación, no se debió tanto a sus méritos de penalista (que no lo es) ni de jurista, sino a su entronque con Sarmiento Angulo (su abogado de toda la vida) para que apuntalara la columna central del escándalo por, donde fallara, el establecimiento se vendría encima de los “ilustres y honorables”, mencionados atrás, con arandelas aún más graves que la corrupción en la Ruta del Sol: la financiación de las campañas presidenciales, un derivado que duerme en las gavetas de la Fiscalía después de pasar impunemente por el Consejo Electoral.

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