EFEMÉRIDES: DE ROMA A SANTIAGO DE CHILE

15.03.2015 01:09
Editorial El Satélite
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A DOS AÑOS DE BERGOGLIO

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Papa Francisco es un pontífice populista en el exacto sentido castizo de este término, peyorado por la política con el fin de censurar la aparente irresponsabilidad de gobiernos volcados más a la solución de las necesidades sociales de la gente que a la rentabilidad del mercado.
 
Por tanto, mucha gente lo va a extrañar cuando el papa se vaya, porque, por primera vez, ha dejado abierta la posibilidad de renunciar cuando considere su misión cumplida.
 
Al cabo de dos años de pontificado, Francisco ha elevado a la cúspide de la opinión pública la imagen de la Iglesia, abatida en los últimos tiempos por escándalos de corrupción económica y moral, esto último en el caso de la pederastia en cabeza de altos prelados.
 
Eso que, institucionalmente tal vez sea su mayor logro, no es, sin embargo, su mayor reconocimiento popular que deviene del aplauso universal de millones de necesitados cada vez que fustiga el  modelo neoliberal y su injusticia social.
 
Y no sobra advertir que tal vez por esto mismo se acrecienta el rumor de que el papa pueda ser asesinado o quizás empujado a la renuncia cuando él mismo se sienta incapaz de seguir en la lucha contra un modelo que avasalla a los países en desarrollo desde lo más selecto del poder dominante en el mundo industrializado.
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Y A UN AÑO DE BACHELET II

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Tajante aseveración hace la presidenta chilena al responder críticas de la dirigencia neoliberal que ve amenazada su hegemonía pinochetista: “Los riesgos para la estabilidad política y económica vienen de la desigualdad, no de los cambios del gobierno al modelo económico”.
 
En declaraciones a Bloomber News, al cumplir su primer año de gobierno en este segundo mandato alterno que le confieren los chilenos, la Presidenta dice: “Hemos mostrado que no somos un gobierno populista… Las alzas impositivas de la reforma tributaria -que eleva el impuesto a las empresas hasta 27% como máximo-, aunque fueron impopulares  eran esenciales para mantener la confianza de la gente en que se beneficiará del desarrollo del país”.
 
¡Qué envidia!, podría decirse desde Colombia, en donde, en el afán de meter el  país al club de los ricos (OCDE), se vienen gestando nuevas reformas tributaria y pensional; la primera, contemplando un alza de los impuestos indirectos (IVA) y, la segunda, imponiendo retención en la fuente a las pensiones y elevando la edad de jubilación.

 

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