¿QUIÉNES GANAMOS?

28.10.2019 05:12

LUCES Y SOMBRAS

Las principales políticas sociales que imperan en Colombia no dependen de los gobiernos locales sino del Gobierno nacional

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Editorial REDGES

Octavio Quintero

Director

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Bueno, ya tenemos nuevos alcaldes y gobernadores que arrancan el primero de enero del 2020, junto con los concejos y asambleas de cuya composición política depende la gobernanza de los mandatarios elegidos y que, de momento, resulta imposible precisar qué tan renovadas resultaron estas corporaciones.

Miradas las elecciones de este domingo 27 de octubre, solo por el lado de alcaldes y gobernadores, se justifica el alborozo de muchos electores de capitales de departamento y poblaciones intermedias en donde se registraron rupturas políticas importantes, como en Medellín, Cartagena y Cúcuta, por citar los tres ejemplos más protuberantes a nivel nacional, que llenan de esperanza a los electores.

La prudencia es buena consejera, y en la volatilidad política de hoy en día, más. Lo ocurrido este domingo es como el inicio de un gran concierto musical en el que la sola templada de los instrumentos puede dar indicios de la calidad de la obra, pero sin arrancar los aplausos ‘del respetable’.

Las redes sociales festejan hoy la evidente derrota electoral del Centro Democrático, el partido del expresidente Uribe con el que retornó a cogobernar el país en cabeza de Duque. Pero su sorpresivo tuiter, reconociendo la derrota y advirtiendo que “la lucha por la democracia no tiene fin”, nos debe recordar el dicho cierto de que “los gatos y los políticos siempre hallan un hueco por donde volver a la casa”.

Por razones de la polaridad política que impera en el país, relucen nacionalmente solo los reveses de Uribe y de Petro: Pero, ¿puede algún otro dirigente nacional o partido tradicional reclamar victoria? No, ciertamente no.

Lo más aconsejable, de momento, es esperar a que arranque el concierto de los nuevos alcaldes y gobernadores; ver cómo se van sintonizando con los concejos y las asambleas para poder calibrar su gestión. Sin olvidar, tampoco, que este es un país de régimen presidencialista cuyas principales políticas sociales se trazan desde el nivel nacional: empleo, salud, educación, medio ambiente, vivienda, salarios e ingresos, que marcan las urgencias del día a día.

En la partitura nacional, y al cabo de un año largo de concierto, las notas no suenan bien y, en lo que falta, no se vislumbran sonidos melodiosos al oído de las clases medias y bajas.

 

 

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