¡OIGA!: ES CON USTED…

18.01.2019 04:13

 

¿Qué vamos a hacer?

 

Editorial REDGES

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Al común de los colombianos, es decir a todos menos el 1%, no nos importa tanto si el atentado terrorista de este enero 17/19 en Bogotá-Colombia, fue perpetrado por el ELN, las Farc/disidencias, los paramilitares o ‘Perico de los Palotes’. Simplemente, vemos que la situación de seguridad ciudadana y orden público en general se ha deteriorado en los últimos dos años, paradójicamente después de la firma del Acuerdo de Paz. Y ésta no es una referencia política sino cronológica –cabe advertir--, para tomar distancia del enfoque dado por las familias Uribe/Santos que ahora, a través de sus conspicuos vástagos, tratan de prolongarnos el enfrentamiento entre ellos diciendo, los uribe, que “ésta es la paz que nos dejó Santos”, y respondiendo los santos, que “ese es el resultado de estar haciendo trizas los acuerdos”.

Por supuesto, nos sumamos al repudio general, y sin restarle importancia a tan delicado asunto, es apenas obvio que las autoridades todas, civiles y militares, y la ciudadanía plena condenen el acto y, resulta hipotéticamente posible que, hasta los perpetradores intelectuales se sumen al repudio como estrategia de ocultamiento del abominable crimen de lesa humanidad.

Ahora, antes que nada, y repetimos, antes de devanarse los sesos en busca de responsabilidades materiales, lo que los colombianos esperamos es una conducta cierta, medible, verificable y comparable de que estamos en manos de un Gobierno socialmente responsable que se preocupa realmente por la convivencia en Colombia, que se deriva de muchas circunstancias políticas, económicas y ambientales, pero en especial, de que logremos superar los ánimos revanchistas que se vienen expresando en este Gobierno, sin disimulo siquiera.

Uno pudiera insertar aquí una serie de censuras al Gobierno de Duque sobre su conducta en materia de implementación de los acuerdos de paz como, por ejemplo, cuando recientemente nos habló de una “paz legal”, como si hubiera la posibilidad de imponer en alguna sociedad una paz ilegal o una guerra legal.

Y, cuando hablamos del Gobierno, hablamos de todo… Porque también se adivina en el legislativo el ánimo pendenciero impuesto por el Centro Democrático. Por ejemplo, fue una absoluta irresponsabilidad del expresidente Uribe salir a decir, minutos después del atentado terrorista, que esa fue la paz que nos dejó Santos; o, por tomar alguna de las últimas posturas jurídicas de las altas cortes, la del Consejo de Estado, rechazar la demanda contra la elección del fiscal general, cuando tuvo la oportunidad de sentar doctrina en la futura elección de ese poderoso funcionario público.

Y para concluir: no solo nos sumamos al “minuto de silencio” en memoria de las víctimas. Es para quedarnos mudos ante el hecho de que los terroristas hayan escalado hasta el corazón mismo de la alta institución de la Policía Nacional: ¿qué nos espera?, después de esta otra consideración: el acto terrorista de este enero 17/19 en Bogotá, ha inaugurado en Colombia el estilo más temible de todo el mundo: los ataques suicidas o kamikazes.

 

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