¡Cruje la Unidad!

08.12.2010 08:05

Las estrellas del gabinete Santos, Germán Vargas Lleras, del Interior y Justicia, y Juan Camilo Restrepo, de Agricultura, han chocado en las últimas horas con el Congreso.

 Vargas Lleras cruzó espadas con el senador Hernán Andrade que lo acusó de haber filtrado a los medios el escándalo del Fondo de Estupefacientes, donde, según las primeras investigaciones, los conservadores tenían un festín.

Por su parte, el ministro Restrepo acusó  a los dos principales socios de la Unidad Nacional, la U y el conservatismo, que siguen a rajatabla las orientaciones del ex presidente Uribe, de estar haciendo “filibusterismo político” en torno al debate sobre la ley de tierras y víctimas debido a que, sospechosamente, 23 parlamentarios de la coalición se han declarado impedidos.

Para precisar el alcance de la declaración del ministro, filibusterismo significa, según el DRAE, “obstruccionismo parlamentario”.

El choque de este par de estrellas ministeriales con el Congreso puede estar anunciando el principio del fin de la Unidad Nacional, algo que en tiempos de Alzate Avendaño se diría que “está pegada con babas”.

En torno a estas escaramuzas surgen un par de inquietudes:

1) El senador Andrade, incurso aún en comprometedoras investigaciones que glosan su conducta como congresista, arremete contra el ministro Vargas Lleras, no propiamente con pruebas fehacientes de que él o sus copartidarios sean inocentes de los cargos que se les imputan en el manejo a saco roto del Fondo de Estupefacientes, sino porque, supuestamente, fue el ministro quien filtró la información a los medios. O sea que, lo malo no es que hayamos asaltado al Estado sino que se haya sabido.

En el lenguaje coloquial, y para que hubiera sido más precisa su reacción, Andrade debió haberle dicho a Vargas Lleras… “entre bomberos no nos pisemos las mangueras”, porque, si el senador recuerda bien, un espadachín del ministro –y no cualquier espadachín- dirigió el Fondo de Estupefacientes recién iniciado el gobierno de Uribe: el coronel Alfonso Plazas Vega, conocido de autos, de donde salió también envuelto en escándalos de corrupción.

2) Más sutil es el ministro Juan Camilo Restrepo. Acusar de obstrucción parlamentaria a los miembros de la U y el conservatismo, es un cargo muy grave que, inclusive, si fuéramos serios, debiera ser un tema abordable por la Procuraduría General de la Nación, el primer juez de los funcionarios públicos.

Este ministro lo que está diciendo es que, por alguna razón no confesada y quizás inconfesable, la U y el conservatismo están siendo negligentes en sus obligaciones como parlamentarios. Y la negligencia es un defecto que debe ser sancionado porque en la práctica lo que dice es que el negligente no sirve para el cargo al que fue nombrado o elegido. Así de sencillo.

Esto no va a suceder… ¡Optimista que es uno! Pero sí deja cicatrices imborrables que más temprano que tarde –porque a galope tendido el #1 viene “sacando chispas y echando candela”-, señalan el principio del fin de la Unidad Nacional.

  

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