¡Arriba el telón!
26.06.2012 03:34
Un clamor nacional, que hizo horrorizar al propio presidente Santos, tumbó la reforma a la justicia. Este no debe ser el final sino el comienzo de un juicio político que debe concluir con las debidas sanciones a los responsables intelectuales y materiales de haber urdido el más artero ataque a la parte que todavía nos queda de decencia y ética nacional.
Si el país fuera capaz de sancionar, al menos moralmente, a los inspiradores de la afrenta, quizás ellos saldrían de la escena, o al menos no seguirían tan cómodos esperando su oportunidad de tomar el mando y seguir con la trama en ese eterno retorno de Nietzsche que bien traducido a nuestra malicia indígena no significa más que… “los mismos con las mismas”.
Si fuéramos capaces de llevar a los estrados judiciales a los autores materiales y meterlos a la cárcel bajo el cargo de "abuso de poder", tal vez serviría de ejemplo a los futuros parlamentarios y también a los electores.
Vamos a ver. Por ahí ya se han entablado algunas demandas ante la Corte Suprema de Justicia. Con el mismo entusiasmo con que se abocó el tema del referendo revocatorio de la fallida reforma a la Justicia, debiera tomarse este proceso de juzgamiento.
Hay que insistir en la dignidad nacional. El país no puede seguir admitiendo que en el conciliábulo de una Unidad Nacional, donde se asienta el cien por ciento del Gobierno y el 90 por ciento del Congreso se sigan urdiendo reformas como esta de la justicia que nos llenó la copa, precisamente porque otras gotas del mismo ajenjo han exacerbado los ánimos, como la de las transferencias regionales, la educativa, la de la sostenibilidad fiscal, por mencionar algunas en cuya lista no se agota el tema porque en la misma olla se cocinan las anunciadas reforma tributaria y pensional.
Si enjuiciamos a los autores materiales del esperpento y notificamos a los autores intelectuales de que ya los tenemos fichados, quizás, como en los albores de la independencia, no habremos dejado pasar en balde este momento de efervescencia y calor…
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