UNA IMAGEN EN CAPILLA

Editorial/El Satélite/Octavio Quintero

--

 
Medellín y Antioquia (capital y departamento) han conquistado en la opinión pública una buena imagen de buen gobierno que debe defenderse “a morir”, como dicen los paisas, en medio de esta impresionante corrupción que se adueñó de Colombia.
 
Por eso va cogiendo olor a cosa podrida los constantes señalamientos que de cuando en cuando surgen alrededor de los gobiernos de Sergio Fajardo (Antioquia) y Aníbal Gaviria (Medellín). Estos dos últimos mandatarios del departamento y su capital, debieran ser los más interesados en que los cuestionamientos se debatan hasta el punto en que le quede bien claro a la gente qué fue lo que pasó.
 
Sobre todo, el exgobernador Fajardo (Partido Verde), precandidato presidencial con grandes opciones hacia el 2018, está en la obligación de responder a las acusaciones últimas formuladas por el concejal, Bernardo Alejandro Guerra quien, en reciente debate en el concejo, le exigió a la administración municipal el cobro coactivo de 35.000 millones de pesos que debe la sociedad Fajardo Moreno por el concepto de obligaciones urbanísticas.
 
Si ya es de por sí censurable que la familia del exgobernador figure como contratista de la capital antioqueña, en la que resulta obvio que Fajardo debe tener fuerte ascendencia política, ni se diga ahora que también obra como evasora de recursos públicos.
 
Y dice el mismo concejal que… “la negligencia y la corrupción de las administraciones anteriores en el municipio de Medellín (último alcalde, Aníbal Gaviria), han permitido que en este momento se encuentren embolados recursos por cerca de un billón de pesos por el concepto de obligaciones urbanísticas”.
 
Bueno, como dice el docto vulgo, si esto es cierto… “se cayó una estatua”.